Como decíamos ayer

Con esta frase reanudaba las clases en la Universidad de Salamanca, Fray Luis de León después de haber estado en la cárcel como consecuencia de un juicio que le sometió la Inquisición, y salvando las distancias con esta frase también yo quiero empezar, después de un periodo más o menos largo de ausencia de la revista Córdoba Eterna, mi tanda de escritos, por eso como decíamos ayer, ya que se quedó en el tintero el tema, mando mi carta mensual, personalmente me encuentro un poco mejor de mis achaques, será por el tiempo hace, será porque estamos a punto de entrar en la primavera, que Córdoba en flor estará que se “sale”, que el olor a jazmín y azahar lo impregnará todo, que los patios reventaran o que la mujer cordobesa con ese aire garboso con el que mueve las caderas va levantando pasiones, con esos escotes insinuantes que dejan translucir cuerpos tersos y firmes, -yo que se,- lo que si se, es que es que conforme voy escribiendo me encuentro cada día mejor.

Nadie, absolutamente nadie al terminar de leer esta carta me podría tachar de anti-cordobés, renegado o mal hijo, ya que todos aquellos que me conocen podrían decir, que durante los cuarenta años que he estado alejado del tronco por el que discurre la savia de la que se nutren las raíces que nos atan a nuestra tierra, he sentido, vivido, padecido, defendido, añorado, querido y deseado a mi amada tierra, mi querida ciudad de Córdoba, pero como buen padre no dejo de reconocer que también adolece de ciertas deficiencias de las que no me resisto hablar.

El cordobés, o un tanto por ciento no muy elevado de los mismos, (gracias a Dios) es pasota por naturaleza, descuidado de sentimiento, y necio por educación.

Hecha esta afirmación, la cual podrá parecer un poco cruel, creo que no lo es tanto ya que como digo anteriormente afortunada ente no son todos iguales.

Hace unos días y estando paseando a mi perro Krono, se encontraba un “señor” sentado en un banco de una gran avenida comiendo pipas de girasol y tirando las cáscaras al suelo. Creando una verdadera alfombra a su alrededor, al llamarle la atención por lo que estaba haciendo, me contestó de ahí su “necedad”, esto no es mío y que lo limpie el Ayuntamiento que para eso pago.

Necio, tonto y mal educado y lo peor mala persona y mal padre, por que lo malo es que estaba sentado con sus dos hijos de corta edad a su lado y que estaban haciendo lo mismo. Que educación tan “buena” estaban recibiendo.

La cultura no se manifiesta en carteles por doquier con el “súmate” a la culturalidad 2016.

Eso no es cultura, eso el publicidad, seguro que ese mismo, o aquel que en los jardines públicos se come el bocata- pizza o hamburguesa de una marca americana muy conocida, y que deja cuando se va todo extendido de restos de comida bebida y excrementos de perro, seguro que esos mismos han firmado los primeros en la Web pidiendo la culturalidad.

No, la cultura a mi entender y no pretendo sentar cátedra se enseña desde la escuela, desde pequeñito, esos que actúan de esta forma aparte de ser unos inculto totales, no dejan de ser unos incívicos que donde tendrían que vivir es en una pocilga con los cerdos.

Y las autoridades no dicen nada, la Policía Local, a falta de medios como me confesaba hace unos días un oficial de la misma no pueden hacer muchos con los que disponen, no pueden atender tantos focos de incivismo de los que hay en nuestra ciudad.

Y hoy nuestros políticos, a esos se les llena la boca y nos meten el miedo en el cuerpo con la pandemia de “gripe A” o accidentes de circulación, los laboratorios se frotan las manos con los suculentos negocios en la fabricación de las vacunas, los intermediarios con lucrativas comisiones, y las pandemias se tiene que atajar cuando son apenas ni tan siquiera simples resfriados, los políticos debían de tomar el toro por los cuernos y conseguir erradicar la verdadera pandemia que asola nuestra nación nuestra ciudad, la del BOTELLÓN- COCA COLÓN – O -FANTÓN , eso si que es una verdadera pandemia que está asolando Córdoba.

Zonas donde presumiblemente y según comentarios de altos cargos de Urbanismo, se les está dando prioridad a la hora de urbanizarlas, se les está dotando de unos servicios, ornamentación, e infraestructuras dignas de una ciudad de primera categoría, que el plan urbanístico trazado para esta zona puede competir con los mejores del mundo, que posiblemente sea el mas abierto de nuestra ciudad y que para conseguir todo eso, este ayuntamiento ha invertido una cantidad ingente de medios económicos y personales, que una vez conseguido, o a punto de conseguirlo, se nos vaya, se les vaya de las manos y se convierta en una nueva zona de botellones, en una nueva zona de seudo “peroles” nocturnos con comidas americanas y basurero después.

Concretamente me refiero a la urbanización generalizada de “el Cortijo del Cura” que comprende la ronda poniente en su cruce con la carretera se Santa Maria de Trassieras y que llega hasta el centro comercial Sierra pasando el canal y el centro de ocio el Tablero, llegando hasta la Glorieta Amadora, formando un triangulo infernal en los que los vecinos que creyendo los cantos de sirenas proclamado a los cuatro vientos por parte de las promotoras, constructores y autoridades, personas que haciendo un esfuerzo mas que humano se han atrevido a comprar una vivienda en la zona, creyendo que era realidad todo lo que decían.

Tampoco quiero que mis palabras solo sean en defensa de esta zona, solo pretendo que sea un revulsivo para que la gente, el cordobés bien nacido, que los hay a manos llenas, aquellos que queremos a nuestra tierra no nos quedemos impasibles cuando veamos una tropelía de estas u otras, perros defecando y dejando los excrementos en la acera, pintadas en la paredes o vejando a nuestra ciudad, que con nuestras miradas acusadoras, nuestros comentarios y por que no, nuestra denuncia si llega el caso, para que unos pocos no nos dejen en mal lugar delante del resto del mundo.

Córdoba, mi ciudad de Córdoba que también a mi modesto entender no necesita de “culturalidad 2016”, Córdoba es cultura por naturaleza, en Córdoba todo aquel que viene se encuentra como en su casa, el paseo por sus calles solitarias a la luz de la luna, hace que todo el que la visita se sienta y la sienta como suya, la lastima es que unos pocos ensucian el buen nombre que mi ciudad tiene.

Un abrazo para todos