Zuheros: un viaje en el tiempo

Hasta el Neolítico, y más allá y de vuelta al presente. Viajar a esta pequeña gran villa situada en el Parque Natural de la Subbética constituye un gran lujo al alcance de todos los amantes del turismo cultural y de naturaleza y, por supuesto, de la gastronomía.

Zuheros se encuentra a 76 Kms de Córdoba tomando la N – 432 hasta Baena para luego la comarcal 6209. Poco más de una hora si no hacemos una parada, recomendada, en Casa Lorenzo de Espejo, en plena carretera, para tomar una de sus afamadas tostadas con lomo, o de chorizo. Así podremos subir totalmente reconfortados y de un tirón hasta el aparcamiento de la Cueva de los Murciélagos para iniciar nuestro viaje por el tiempo. Conviene asegurar antes la visita en www.cuevadelosmurcielagos.com

Sus expertos y amables guías, que se conocen a los murciélagos hasta por su nombre, te llevaran casi de la mano a las profundidades de esta gran diaclasa, a unos 63 metros de profundidad, donde se encuentran los restos humanos más antiguos de la cavidad. Antes habremos observado las pinturas rupestres, el panel de las cabras y el ídolo oculado que le dan, por si solas, la categoría de Bien de Interés Cultural a la cueva que no es sino una enciclopedia de la Prehistoria.

Descubierta a mediados del siglo XIX, no será hasta finales del XX cuando las investigaciones arqueológicas realizadas pueden revertir a la sociedad y convertir este yacimiento arqueológico en un lugar visitable e interpretable. Fundamentalmente se puede decir que es uno de los primeros yacimientos neolíticos fechados con la técnica del Carbono 14 en Andalucía, siendo posible reconstruir la forma de vida de sus habitantes hace 6.000 años. Antes también fue ocupada, en el Paleolítico Medio, hace unos 35.000 años, por aquel extinto Hombre de Neandertal y luego por el Homo Sapiens Sapiens, desde el 30.000 a. n. e. y anatómicamente más contemporáneo a nosotros. Ambos dejaron sus huellas materiales en Zuheros.

Lo importante, no obstante, es el Neolítico. Supone el gran cambio de la Humanidad, cuando el hombre descubre la Agricultura y la Ganadería, comienza a esperar las cosechas y que nazcan las nuevas crías, e inventa unos recipientes para guardar sus productos, la cerámica. Un invento que, sin duda, es femenino. Con esta revolución que debemos suponer el hombre deja de ser un estómago errante que recolecta frutos y caza, cuando puede, para hacerse sedentario y, paulatinamente, dejará de ocupar las cuevas como refugio ocasional para comenzar a construir asentamientos más artificiales y con los mejores servicios posibles. Recientemente un biólogo e historiador alemán ha publicado una tesis bastante curiosa sobre el Neolítico, poco más que el hombre no descubre la agricultura como complemento alimenticio y su interés en el cultivo de la cebada no fue por hacer pan sino para fabricar cerveza.

Después bajaremos a la Casa Grande, donde se encuentra un museo etnológico que impulsará la curiosidad de todos y aprovechar para reponer líquidos en la Atalaya. Aquí debemos dejar el coche y pasear por las empinadas y blancas calles de Zuheros para llegar a la plaza, donde tomar una cerveza en el Bar Los Palancos, mientras esperamos para visitar el pequeño pero completo museo arqueológico y el castillo. Éste se encuentra muy transformado por la llamada erosión histórica y aunque se le quieren dar orígenes musulmanes la vieja fortaleza de época bajomedieval de los siglos XII – XIII sobre la que en el siglo XVI se edifica el palacio de los Señores de Zuheros no nos deja una visión muy afortunada de su arquitectura aunque hay que decir que se convierte en un mirador de primera categoría.

Satisfecho un poco el conocimiento aconsejamos degustar los guisos tradicionales ya sea en Los Palancos, o en Los Balachares, donde además se puede comprar uno de los mejores quesos de la Subbética o bien en el Hotel Zuhayra donde, además de una exquisita cocina tradicional, tras la comida, es posible tomar un café en una acogedora chimenea.