Arte o practicidad

El Parque Cruz Conde es y, sobretodo, ha sido uno de los más grandes, bonitos e importantes parques de Córdoba. Más conocido popularmente como Circuito del Cola Cao es un lugar apto para el deporte, footing sobretodo; aunque también es agradable pasear o hacer picnic en sus amplios céspedes. La denominación de Cola Cao le viene dada porque antiguamente existían marcas kilométricas (cada 100 mts. en un recorrido de 1.900 mts. de longitud) patrocinadas por dicha empresa.

Hace unos meses, se erigió una, llamémosla rigurosamente, escultura en el centro del mismo: Nautilus en el pentágono con río (de Enrique Salamanca). Dicha escultura es propia de un tipo de arte ecléctico y expresionista. Para quien no la haya visitado es una estatua realizada en metal, una extraña figura de grandes dimensiones basada en figuras geométricas: una plancha ondulada que hace las funciones de río que atraviesa un pentágono y una concha formando espirales a modo de canales. Para qué seguir: no existen palabras suficientes para describir correctamente el monumento. Hay que verlo para creerlo. Y, ¿qué quiere significar?…Buena pregunta, según las intenciones del autor es una alegoría de la eternidad. Un intento de armonizar con un nuevo estilo el arte y la naturaleza. Algo que antaño, los árabes, consiguieron a la perfección sin ideas retorcidas y que ahora con los nuevos estilos tiene dudoso gusto. Quizás sea porque no soy erudito en arte, quizás sea porque me vinculo más hacia el arte clásico pero no veo el “arte” en la escultura.

Y no queda el tema aquí, pues lo más difícil de asimilar de dicha escultura ha sido su costo, que supera los 50.000 €. Y que conste que entiendo y acepto que el arte cueste dinero pero creo que el Circuito del Cola Cao requiere de otro tipo de inversiones antes de una estatua alegórica de la eternidad.

A los que entrenamos en el parque, la noche se nos echa encima a las 6 de la tarde. Y digo que se nos echa encima puesto que las farolas de su itinerario más que luz dan sombras. La práctica deportiva se hace más difícil y no digo dar un paseo a una hora más que respetable como las 7 de la tarde. El parque a estas horas se convierte en un bosque de película de terror: inhóspito e inseguro.

Por todo ello, me escuece la idea de que nuestro Ayuntamiento se gaste tanto del presupuesto anual en una escultura y no dedique más atención a los habitantes de la ciudad…

En este punto diría que a buen entendedor pocas palabras bastan pero para que no se quede nadie sin pillar el mensaje: Señores, más farolas y menos esculturas.