El Aroma de los Patios

La primavera en Córdoba es una explosión de vida. Las calles se llenan de turistas y ciudadanos ávidos por escudriñar cada uno de los rincones que la ciudad les ofrece. Las paredes del barrio antiguo reflejan los rayos que el sol hace incidir sobre ellas. Las casas abren sus puertas de par en par. Todos pueden entrar a conocer sus encalados patios, esos pequeños espacios naturales que se engalanan cada año gracias al esfuerzo altruista de decenas de familias.

Gitanillas, geranios, clavellinas, buganvillas, rosales, jazmines, damas de noche, margaritas y muchas más flores maduran para alegrar a una Córdoba señorial. La ciudad se encuentra plena en su mes de mayo. Sin embargo, toda esta riqueza ornamental se va desvaneciendo con la llegada del verano. Las tórridas temperaturas acaban con las flores de las macetas y con las ganas de hacer turismo durante ciertas horas del día. Por ello, es tan sólo un mes el que Córdoba puede disfrutar de una de sus tradiciones más arraigadas. Sólo en mayo, y desde el año que acaba de marcharse, también por Navidad, cordobeses y foráneos pueden entrar, como si de su propio domicilio se tratase, a las casas de vecinos del barrio antiguo de la ciudad. Hasta el momento, ese aroma inconfundible, que se aprecia con sólo entrar en el casco antiguo, queda reservado para la primavera. Sin embargo hoy, los nostálgicos del aroma de los patios están de enhorabuena. Una empresa fundada en el propio barrio de San Basilio ha conseguido captar la esencia e introducirla en un bote, en forma de perfume.

La idea surgió de Francisco Rosales, gerente de la taberna ‘La Viuda’, cuando una amiga le propuso quedarse con la tienda del patio que sirve de sede a la Asociación de los Amigos de los Patios Cordobeses, en el número cincuenta de la calle San Basilio. “No quería poner una tienda de souvenirs”, comenta Rosales porque esa “no es la idea de negocio que tenía pensada”. Tenía un local y había que aprovecharlo. Esa duda le llevó a hablarlo con su esposa, la que le propuso fabricar y vender un perfume en la tienda. La idea surge en el verano de 2006 y hasta que no pasa un año no comienza a venderlo. Estos doce meses “fue el tiempo que me costó organizar todo esto y hacerlo realidad”, apunta. Las investigaciones comenzaron con el recuerdo de su niñez y el aroma que desprendía su abuela. Rosales comenta nostálgico que “mi abuela tenía perfumes hechos a partir de flores, cosa que hoy día no ocurre, ya que casi todos los que se comercializan son sintéticos”. Esta fue la clave que le condujo a estudiar y leer todo aquello que estuviera relacionado con las esencias naturales y la fabricación de los perfumes.

Laboratorio de ideas

Semanas de investigación, condujeron a este emprendedor hasta las manos de un químico, que es hoy el encargado de materializar los perfumes. Rosales comenta la amistad que les une, lo que “me permite incluirme en el laboratorio y opinar sobre las mezclas que vamos sacando”. Desde el principio, la idea que barajaba el promotor era fabricar un perfume que oliese a Córdoba, que desde la primera impresión denotase su procedencia. Por ello, las esencias elegidas son el nardo, el jazmín o el azahar, entre otras muchas.

Las dos últimas son las más representativas de Córdoba. En cualquier rincón de la ciudad puede verse un naranjo; en cada patio, no falta un jazmín. No obstante, aunque el azahar y el jazmín sean “las esencias básicas”, Rosales comenta cómo también han fabricado perfumes a partir de claveles, rosas o violetas. En su jardín químico caben todo tipo de flores. Las esencias cordobesas se traducen en perfumes para señoras y jovencitas, aunque, cada aroma tiene su edad y su temporada. Rosales afirma que “si en verano, una chica decide ponerse nuestro perfume de rosas puede ir por la calle sorprendiendo a todo el mundo. Sin embargo, este aroma no sirve para el invierno, ya que vamos más tapados”. La fragancia que la mujer elige debe estar a tono con la época. Sin embargo, para aquellas a las que les gusta utilizar siempre el mismo, Rosales ha fabricado un nuevo perfume, denominado ‘Milflores’, que “huele fenomenal. En casa lo utilizan mi mujer y mis cuñadas”, comenta orgulloso.

En total, la empresa ha conseguido sacar al mercado ocho fragancias bajo el nombre, patentado y registrado, de ‘Esencia de los Patios’. Todos ellos se venden en un frasco especialmente diseñado para albergar el aroma cordobés. Se trata de una tinaja de aceite alargada y transparente, de la que cuelga una etiqueta donde se puede leer un poema dedicado a los patios cordobeses. La tradicional vasija cuenta con el dibujo de la mujer pensadora, diseño del propio Rosales, quién quiso hacer “una alegoría a ‘El Pensador’ de Auguste Rodin”. El promotor se define como un “amante de la escultura”, por lo que eligió el componente femenino de esta figura para su perfume. Para darle mayor consonancia, el pelo lo transformó en flores, aunque sigue siendo una figura “con la mirada perdida, tal y como la original”. El frasco, además, cuenta con un dosificador.

Innovaciones

La tienda abrió sus puertas en el mes de julio, por lo que la ansiada llegada del mayo cordobés quedaba muy lejos. Sin embargo, este tiempo de espera ha servido para que Rosales asiente la producción y pruebe con nuevos aromas y diseños. Además, ha tenido tiempo de pensar en nuevas ideas y aportaciones para la época en la que los patios se visten de gala.

El patio de la calle San Basilio, 50, sede de la Asociación de los Amigos de los Patios, es un lugar muy concurrido. Su Alteza Real, la Reina Doña Sofía lo visitó en el año 1998 y dio cuenta de su belleza. Será diez años después, en mayo del año 2008, cuando la tienda también abra para dar la posibilidad a los visitantes de llevarse un trocito de Córdoba. Para ese mes, Rosales tendrá preparadas unas tinajas en miniatura, para los visitantes que “deseen llevarse a casa el aroma en pequeñas cantidades y a un mejor precio”. Además, las nuevas propuestas no terminan aquí. Rosales propondrá a los hoteles cordobeses que regalen la fragancia en sus habitaciones. También, estas miniaturas creadas recientemente, podrán servir como regalo a los invitados a bodas y celebraciones.

Esta es la forma de expandir el negocio Made in Cordoba con el que Rosales ha cumplido su sueño. Con estos perfumes el hostelero ha dado a la ciudad “un valor que no tenía y que sobradamente se merece”, apunta. En su composición ‘Esencia de los Patios’ cuanta con un 15% de esencia, lo que le hace ser un “perfume de categoría”, afirma Rosales. Normalmente, el tiempo que tardan en sacar una fragancia es de cuatro meses. El primer paso es buscar el aroma; luego, llevar a cabo la maceración, y por último hacer en sí el perfume. Para ello, “se cogen varias flores, se limpian muy bien con agua y se le retiran los tallos, que no dan olor. Hay que tener en cuenta la edad de la flor, ya que su aroma varía con el tiempo. Por ejemplo, los nardos, huelen bien cuando crecen, cosa que no ocurre cuando envejecen”, explica Rosales.

Por la tienda pasan muchos cordobeses, aunque el público más amplio es el turismo de procedencia española. “’Esencia de los Patios’ se vende muy bien porque, ¿a qué mujer no le gusta un perfume?”, se pregunta el hostelero. Las cordobesas, además, “llevan las esencias en la sangre”. A esto, Rosales le suma la “gran calidad y el buen precio” de sus fragancias. Las mujeres lo compran con la “seguridad de que su piel está recibiendo algo natural y manipulado por manos de confianza”.

Para los hombres, los patios de Córdoba también ofrecen sus aromas. La tienda vende agua de sándalo, una flor que se incluye en muchos perfumes masculinos. El secreto está en que no viene mezclada con ninguna otra esencia.

Hasta ahora se han vendido dos mil frascos. Con ellos, Rosales asegura que ha “embotellado Córdoba y la estoy mostrando a todo el mundo”. ‘Esencia de los Patios’ busca ahora su hueco en el mundo del perfume con tres premisas fundamentales: garantía de calidad, aromas naturales y nostalgia de una Córdoba que sólo existe un mes al año.