Literatura taurina

En las próximas semanas, unos más otros menos, todos tendremos el tiempo libre que nos otorgan las vacaciones estivales; creo que no me equivoco si afirmo que una de las mejores formas de aprovechar las horas que vamos a tener por delante es sumergiéndonos en el fascinante mundo de leer un libro. Aprovecho pues estas páginas para recordar que existe una abundante y rica literatura taurina que nos puede servir para pasar un rato agradable y además profundizar en alguno de los aspectos que enriquecen todo este mundo de Los Toros. No se trata aquí de recomendaciones sino simplemente de recordar su existencia, los aficionados conocerán los títulos que se van a mencionar pudiendo añadir otros y hacerlos notar por si alguien quiere saber más de alguno de los mundos que palpitan en este pedazo de nuestra historia que hoy, tanto desde dentro como desde fuera, nos empeñamos en maltratar.

Para abrirme de capa en el tema no puedo hacer nada mejor que acercarme a la figura de uno de los más grandes escritores taurinos que han existido, don Luis Fernández Salcedo. Su pluma, con un lenguaje culto sin pedanterías, nos regala sus sabios conocimientos sobre diferentes aspectos del toro de lidia, del que fue gran conocedor, no en vano era descendiente de uno de los más grandes ganaderos que vieron los tiempos antiguos, Vicente Martínez, figura clave para la conocida como casta jijona, hoy con cuentagotas en nuestra cabaña brava a pesar de ser una de las fundacionales. Prueba de lo que digo son sus obras “La Vida privada del toro” y “Veinte toros de Martínez”, así como el titulado “Trece ganaderos románticos” que nos traslada a los tiempos de su mencionado bisabuelo en las figuras de unos personajes que deambulan ya por el universo de la leyenda.

Pero en referencia a este autor hay que sacarse al toro a los medios y medirlo en soberbio quite para referirnos a esa joya que son “Los cuentos del viejo mayoral”, abundante cosecha donde un viejo sabio narra a un niño historias camperas donde el protagonista es ese ser único, nuestro toro bravo.

Llega el tercio de varas en este artículo y nos ponemos toristas para referirnos a una serie de obras que profundizan en aspectos ganaderos. A todos se nos viene a la cabeza ese tesoro donde don Álvaro Domecq nos lega toda su sabiduría, “El Toro Bravo”; en él se desgrana la existencia del animal desde su nacimiento, con precisión en todos los aspectos que influyen en su devenir. Dos ganaderías míticas, Miura y Palha, han recogido su rica historia en sendos trabajos: “Miura, siglo y medio de casta” de José Mª. Sotomayor y “Palha. Alquimia de bravura” del francés Pierre Dupuy; un poco de todas las ganaderías encontramos en el maravilloso viaje que “Por las rutas del Toro” hace Joaquín López del Ramo.

No puedo dejar pasar en esta materia ganadera el gran trabajo que realiza José Campos González en su libro “Ganaderías Cordobesas de Reses Bravas, 1795-1995” donde se retrata a importantes ganaderos para la historia de la tauromaquia, cordobeses de nacimiento, que echan abajo la teoría de que esta tierra lo es básicamente de toreros y no de toros.

Cogemos la muleta y empezamos a hablar de libros que han retratado a los grandes toreros de la historia. Inevitable referirse a “Juan Belmonte, matador de toros” de ese excelente escritor y periodista que fue Manuel Chaves Nogales al que ya me he referido en alguna ocasión; también sobre el pasmo de Triana hay un completo trabajo, recogido en dos tomos, de Jesús Cuesta Arana. El otro gran personaje que ha hecho correr ríos de tinta no es otro que Manuel Rodríguez Sánchez; sobre Manolete hay que destacar el que desde mi punto de vista es el más completo retrato del Califa, “Vida y Tragedia de Manolete” de Filiberto Mira, sin olvidar los trabajos de José Luis de Córdoba “Manolete en el recuerdo” y “Primeras crónicas de Manolete” que también nos llevan muy de cerca al monstruo.

Afortunada es la literatura surgida en torno a otro de los califas; sobre la existencia de Rafael Guerra Bejarano tenemos dos importantes novelas escritas por Antonio Peña y Goñi y por Enrique Ojembarrena respectivamente, ambas llevan el título conciso de “Guerrita”; al hilo del gran Rafael surge un interesantísimo retrato de la época en “Antes y Después del Guerra” de Felipe Bleu. También me gustaría resaltar aquí un buen trabajo realizado por el periodista cordobés Rafael Sánchez González sobre el otro califa, titulado genéricamente “Lagartijo el grande”, donde se le da un importante repaso biográfico. Fue distribuido por el semanario La Calle con motivo del centenario de este cordobés irrepetible. Hablando de Lagartijo no podemos omitir la referencia al célebre “Lagartijo y Frascuelo y su época” del ya citado Antonio Peña y Goñi.

Podemos encontrar biografías de muchos grandes toreros: Domingo Ortega por Antonio Santainés, Marcial Lalanda por Andrés Amorós, Ignacio Sánchez Mejías por A. García-Ramos y F. Narbona, Pepe Luis Vázquez por Santiago Arauz de Robles, Antonio Bienvenida por Filiberto Mira, Antonio Ordóñez por A. Abad-Ojuel, Luis Miguel Dominguín por Alfredo Portoles, Paco Camino por Carlos Abella, Curro Romero por Antonio Burgos...como se ve, para todos los gustos.

No podemos obviar los grandes tratados que se han escrito en torno a este arte único y que evidentemente tienen su paradigma en el popularmente conocido como “cossío”, que recoge en 12 tomos todos los aspectos posibles de nuestra Fiesta, los cinco últimos realizados por un descendiente del gran santanderino José María de Cossío; “Los Toros: Tratado Técnico e Histórico” es una enciclopedia sobre el tema que lo eleva a su justa medida cultural. Tampoco debemos olvidarnos de Gregorio Corrochano que en su “Tauromaquia” o en “La edad de oro del toreo” deja su sabiduría plasmada sobre el asunto.

Populares, por haber sido llevadas al cine en varias ocasiones, son las novelas que se mueven en torno al mundo taurino; “Sangre y Arena” de Vicente Blasco Ibáñez y “Currito de la Cruz” de Alejandro Pérez Lugín que podemos incluir en un grupo con la célebre “Juncal”, llevada a la pequeña pantalla y publicado el libro por su autor, Jaime de Armiñán. Incluir aquí la “cinematográfica” por su estructura y estilo “O llevarás luto por mi”, de L. Collins y D. Lapierre, sobre la ascensión a la gloria de M. Benítez, aunque aún no haya sido llevada a la pantalla.

Incompleto quedaría este repaso a los libros de toros sin antes de “perfilarnos para matar” el artículo, tratándose de una revista cordobesa donde se publica, no nos detuviéramos un poco más en la figura del ya citado José Luis Sánchez Garrido, José Luis de Córdoba, que ha llenado con sus trabajos gran parte de las páginas taurinas cordobesas del siglo XX; a los mencionados libros que escribió sobre Manolete hay que añadir dos grandes tratados sobre la Historia Taurina de esta ciudad: “Córdoba en la Historia del Toreo” y “Tauromaquia Cordobesa”, ambas esenciales para saber lo que ha supuesto esta tierra en todo lo que significa esto de Los Toros. Además muy entretenidos son sus libros “La gente del Toro, dichos y hechos” y “Dimes y Diretes de la Torería”, donde se recogen copiosamente anécdotas taurinas en muchos casos divertidas, en la mayoría ingeniosas como sus protagonistas, los toreros.

Epilogamos ya la faena; muchos de ustedes echarán en falta alguna obra que conozcan, pero espero sirvan estas líneas como un guión literario por si alguien quiere aprovechar estos días vacacionales para conocer un poco más de nuestra historia, que no es el béisbol de las películas americanas precisamente, y se sumerja así en alguno de los fascinantes mundos que laten dentro de la Tauromaquia, que es en realidad lo nuestro; lo demás son importaciones o modas. Si es así, espero lo disfrute. Saludos.