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Estamos acostumbrados a que nuestro conocimiento y admiración quede relegado, en la mayoría de los casos, ante las grandes obras artísticas y monumentales, cómo debe ser dado su valor, pero no hay que olvidar que otras muchas obras, si bien no revisten un auténtico y desarrollado valor artístico, si que lo tienen desde el punto de vista histórico y simbólico.
\r\nEn San Lorenzo veíamos cómo el monumento en sí está bastante deteriorado, aunque sus muros albergan mucha historia y momentos artísticos singulares, y así ocurre con otros muchos rincones del panorama nacional y local.
\r\nLas ermitas siempre han sido un núcleo de reunión comunitaria y devoción, recorriendo cada pueblo de nuestra provincia y país.
\r\nAglutinan en unos determinados momentos a gran cantidad de devotos que acuden para mostrar su respeto a la imagen, santo, que contiene.
\r\nSi bien esto formaría parte del estudio antropológico, también lo sería del estudio histórico-artístico y arqueológico, ya que todo tiene un comienzo, una semilla desde la que germina, extendiéndose hasta nosotros.
\r\nLas leyendas y dichos populares tienen mucho que decir en todo esto, ya que cada imagen carga sobre sus espaldas una leyenda que la cubre con una aureola de misterio y santidad que le hace ser venerada por el pueblo.
\r\nMuchas leyendas asocian a un determinado barrio o zona a dichos Santos o imágenes, generando así el fervor de una determinada comunidad que se siente formando parte de algo sagrado, que le une a sus creencias y que por cercanía siente aún más reforzado su fervor.
\r\nEn nuestro caballo de batalla cotidiano, la investigación rigurosa, debemos tener en cuenta todos los datos que puedan ser necesarios para un estudio determinado, aunque los dichos populares y leyendas urbanas hay que cribarlas bastante, ya que son siempre motivo de exageraciones y distorsiones continuas; al pueblo le gusta creer en el misterio que envuelve su imagen adorada, incluso en determinados libros de historia podemos encontrar ciertas leyendas con escasa credibilidad formando parte de un tratado histórico! Y cuidado, hay que ceñirse lo más científicamente posible a los datos reales. En Córdoba son muchos los monumentos que están relegados a un segundo plano y que enriquecen de magistral manera la ciudad, aunque sólo están a la vista de un buen ojo crítico: conventos, iglesias, parroquias, colegiatas, baños árabes, sinagogas, seminarios, antiguos hospitales, casas palaciegas, etc.
\r\nEn esta ocasión hemos decidido hablarles de las ermitas, en concreto de la ermita de la Salud, ya que en breve comenzará a ser restaurada y forma parte de una zona de gran interés histórico de la ciudad ya que se sitúa frente la puerta de Sevilla y su muralla, al lado del río Guadalquivir.
\r\nDestacar que aunque olvidada por muchos, Nuestra señora de la Salud dio nombre al cementerio y a la feria que surgió en sus aledaños. Con la llegada de los franceses Córdoba asiste a la época más triste de los tiempos modernos. Decae la buena estrella de la ciudad, de pasado glorioso. Aunque sí que participó en todas las nuevas perspectivas urbanas del ochocientos, en especial los problemas de salubridad.
\r\nLas clases medias debían disfrutar de paseos y jardines limpios y llenos de bosques, la llegada del ferrocarril también supondría un cambio en el entramado urbano.
\r\nA finales del siglo XVIII, Córdoba no contaba aún con ningún camposanto fuera de su recinto amurallado, los cementerios parroquiales se encontraban saturados y apenas quedaba espacio para las grandes personalidades.
\r\nLa creación de recintos sagrados se haría indispensable.
\r\nSería bajo la ocupación francesa cuando la idea del cementerio de la Salud se hizo efectiva, desde su construcción en 1811 hasta su consolidación en 1833, quedando configurado definitivamente cuando en 1846 se incorporó la ermita de Nuestra señora de la Salud, formando ambos un simétrico y armonioso conjunto.
\r\nLoa historia de la ermita comenzaría en 1665 cuando se construyó una pequeña capilla que sería abierta al público en 1673.
\r\nEn 1805 el arquitecto Ignacio Tomás diseñaría el edificio actual, que consta de una nave con dos tramos cubiertos con bóveda de cañón con lunetos y crucero con cúpula. Su fachada tiene claras influencias neoclásicas, con dos pares de columnas adosadas, rematadas con un frontón triangular, en el cual podemos contemplar la imagen en una hornacina de la virgen y el niño con la inscripción “SAlus Infirmorum” (salud de los enfermos).
\r\nY cómo hemos mencionado y advertido ya, cada imagen y ermita tiene su relato particular que le narramos a continuación, no sin antes destacar que la imagen primitiva no se encuentra en la ermita, al parecer se encuentra en el museo arqueológico aunque no en expositor:
\r\n"Cuentan las viejas crónicas que Simón del Toro, labriego sencillo, y su compadre Bartolomé de la Peña, ambos vecinos del barrio del Alcázar Viejo, cultivaban en aparcería un pequeño predio contiguo a las murallas de la ciudad. Un día del año 1665 observaron con asombro que, al hundirse la reja del rústico arado en la tierra, dejó al descubierto la entrada de un pozo. Se hicieron de una cuerda que Simón ató fuertemente a su cintura y, sujetándola Bartolomé por el otro extremo, comenzó aquel a descender por la caña del pozo. De pronto, en un hueco, Simón halló con estupor una imagen de la Virgen. Asegura la tradición que esta esculturilla de la Virgen había sido escondida por los mozárabes en el lugar en que fue hallada, en momentos azorosos de la persecución mahometana. La piedad del pueblo levantó en su honor una pequeña iglesia en aquel mismo lugar, frente al lienzo de la histórica muralla de la Puerta de Sevilla. La pequeña esculturilla de barro cocido y el agua que emanaba del aljibe obraron sorprendentes prodigios según los relatos populares. A esta imagen de la Virgen que hizo tantos milagros y que hoy tenemos olvidada, se dio la advocación de Nuestra Señora de la Salud, y el mismo nombre se aplicó a la ermita donde se venera, a la necrópolis que junto a la ermita se construyó en el primer tercio del siglo XIX y a la Feria que espontáneamente surgió en sus aledaños."
\r\nUna de las fuentes más antiguas la encontramos en Sánchez de Feria, cuando hace referencia a las huertas, llamadas de la Salud que se disponían en el barrio extramuros de la ciudad, y cuenta el relato del hallazgo de la imagen.
\r\nEn el libro dedicado a Córdoba de Pedro Díaz de Rivas también se hace mención a la ermita a través de un epígrafe encontrado junto a la puerta de Sevilla.
\r\nDesde el punto de vista arqueológico sería muy interesante intentar desentrañar la referencia que se hace a los mozárabes que escondieron la imagen, encontrar restos de algún vestigio pasado, aunque cómo les hemos dicho, los relatos y leyendas requieren de un riguroso examen interpretativo.
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