Si continúa la navegación por nuestro sitio web estará aceptando nuestras condiciones, que puede consultar en:
El tema de la muerte forma parte de cada ser vivo desde sus primeros momentos de vida. Nacemos para morir y ésta es la única cosa que sabemos con certeza, certeza que ha preocupado e incluso obsesionado (en algunas culturas), a cada uno de nuestros ancestros.
\r\nLa muerte, aquello acerca de lo que sabemos tan poco, y que tanto nos intriga, ha ido dejando sus huellas a lo largo de la historia, huellas de una importancia suprema a la hora de recopilar datos culturales, históricos, antropológicos, artísticos, etc.
\r\nDesde las primeras culturas, la forma de enterrar a los muertos, los ajuares que les acompañaban, el tipo de tumba, nos ha descifrado parte de su estructura social: podemos diferenciar si se trata de un pueblo jerarquizado, ya que podemos encontrar tumbas con ricos ajuares o sin ajuar, sirviéndonos también esto cómo referencia para el estudio de los materiales y técnicas que utilizaban, tanto en elementos de adorno (joyas femeninas, adornos de guerreros, soldados, gladiadores), cómo en el ajuar doméstico ya que en muchas ocasiones el difunto era enterrado junto con jarritas, ánforas, u otro elemento de éste tipo.
\r\nCon ello quiero acercar al lector a la importancia que desde el punto de vista arqueológico-histórico y antropológico, tienen este tipo de hallazgos.
\r\nAlgunas culturas, hicieron de la muerte todo un sistema de vida, sólo basta que recordemos el mundo del Egipto faraónico, para que se nos venga a la mente sus fascinantes pirámides, ¿verdad?, una cultura donde el valor de la vida giraba entorno a la preparación para el traslado al más allá, incluso los difuntos eran enterrados con alimentos para que en su recorrido no pasasen hambre… imagínense la importancia.
\r\nPero no sólo el Egipto faraónico ha tenido en tan alto grado de consideración el paso hacia el mundo ultraterrenal, todas las culturas, de cada rincón del planeta, desde que el hombre evolucionó y comenzó a observar su entorno y hacerse preguntas, tuvo siempre en un lugar privilegiado y sagrado (cada uno a su estilo, claro), el culto a sus muertos.
\r\nCada pueblo, familia, ha tenido unas determinadas formas de rendir culto a sus difuntos: rituales de muy diverso tipo, enterramientos distinguidos según el rango o rama familiar, etc., esto nos acerca bastante al tema que intentaremos, en éste y los próximos artículos, acercar al lector: el mundo funerario y monumental de la “Córdoba Romana”, y ¿por qué acerca lo dicho al mundo monumental funerario romano?, porque ha dejado vestigios de gran importancia en diversos rincones de nuestra ciudad, dándonos claros ejemplos de cómo la muerte podría llegar a convertirse en una lucha, como veremos, por perpetuar los linajes y cargos postmorten.
\r\nEl mundo Etrusco, procedente de la región etruria, o al menos allí se asentaron, marcaron a grandes rasgos lo que representaría para el pueblo romano el culto a los difuntos.
\r\nDe la cultura etrusca se han hallado enterramientos muy interesantes en cuanto a disposición, ubicación, y en muchos casos decoración, en sarcófagos que reproducían al difunto en vida, aproximándonos a su arte con gran exquisitez.
\r\nCuando se realiza una excavación de urgencia donde el tiempo es “oro”, encontrar una necrópolis (enterramientos), es un verdadero ¡horror! Sobre todo para la empresa constructora que va a realizar las siguientes obras sobre el terreno, ya que esto supone un alargamiento bastante pronunciado del tiempo de estudio y documentación, sobre todo de la mano de los especialistas en antropología que son los encargados de determinar los restos y su estudio, y es que cómo bien apuntó Kaser, las diferentes parcelas del estudio deben de ayudarse y complementarse en la investigación.
\r\nEn la actualidad el mundo funerario, al margen de significar todo un negocio (ya me entienden), tiene un espacio determinado y diferenciado dentro de cada pueblo o ciudad, y cuando visitamos un cementerio podemos comprobar cómo se marca la distinción cultural o económica de cada tumba, panteón etc.; esto también ocurría en otros tiempos y culturas, los de alta posición han pretendido siempre una distinción a la hora de construir su última morada, ya que se lo podían permitir, así contamos con grandes monumentos funerarios que dan prueba de ello, ya hemos mencionado las pirámides o moradas eternas de los faraones, el valle de los reyes con sus diferenciadas tumbas de las cuales cada vez se descubre más, el caso de excepción de Pompeya,el TAJ Majal en la India, morada de una princesa, regalo de su príncipe,(de una considerable belleza), la tumba de Napoleón, de Einsteín, etc, etc, ya que podríamos seguir con muchísimos ejemplos.
\r\nPues que decir del mundo romano, de su orgullo cómo pueblo, si ya se creían continuadores de Rómulo y Remo, destacar su ímpetu para perpetuar los lugares tanto sagrados, de culto, cómo de morada eterna de grandes personajes o familias.
\r\nEn el siglo V a.c. la denominada Ley De la Siete Tablas promulgaba que los Cordubenses enterrasen a sus muertos fuera de la ciudad, a extramuros, zona que pertenecería en la actualidad, para que el lector se sitúe, en el casco histórico de la Córdoba, lo cual ha dificultado el poder hallarlos y documentarlos, y apenas se han encontrado restos funerarios en las pocas intervenciones realizadas.
\r\nCon Augusto la nueva Colonia Patricia sucumbe a un proceso de monumentalización urbana que se producían en las ciudades del imperio.
\r\nTodo ello se traduciría en grandes vías sepulcrales (viae sepulcrales) de fuerte carga ideológica y visual; se trataba de una sucesión de tumbas en su mayoría monumentales, erigidas para fomentar y dejar en gran altura el linaje familiar, de modo que eran tumbas de memoria familiar, tanto si se trataba de demostrar la “pureza de sangre” de las élites provinciales, cómo de las nuevas clases emergentes, los libertos, que más que basarse en su linaje, se basaban en su dinero.
\r\nEn los primeros momentos del imperio, en los denominados suburbios, se sucederían en los espacios funerarios otras actividades nocivas cómo fundiciones, vertederos, alfares, etc.
\r\nAl tratarse de vías de tránsito continuado, se ha podido constatar la existencia de tumbas y epígrafes llamativos para garantizar la memoria de los que allí descansaban. La epigrafía es una parte importantísima para el estudio del mundo funerario, ya que recoge una información, cómo veremos, privilegiada del difunto, su época, cargos, linaje, etc.
\r\nLa visión Romana de la muerte carecía de una definitiva visión de ultratumba, un individuo para pervivir cómo tal, necesitaba que alguien recordara su existencia, que rindieran culto a su numen y su nomen, cuando era olvidado su individualidad desaparecía, y el ánima del difunto pasaba a formar parte de una masa indefinida, los diis inferi, los manes, de los que los romanos creían que podrían llegar a ser perniciosos con el hombre.
\r\nLa única manera de sobrevivir para la mentalidad del pueblo romano era que te recordasen. Memoria aeterna. De ahí que el individuo necesitara dejar constancia de su existencia.
\r\nY desde aquí les invito a que continúen leyendo nuestros siguientes artículos sobre el mundo funerario que el imperio romano transmitió a los cordubenses, un tema que cómo habrán comprobado se perfila bastante interesante y curioso.
\r\nY les recuerdo que para conocer algo más acerca del hombre y su vida hay que acercarse a sus difuntos y sus “eternas” moradas.
03-05-2010 11:42 a.m.
24-04-2010 1:56 p.m.
01-01-2008 2:14 p.m.
01-01-2008 1:59 p.m.
01-03-2007 2:39 p.m.
01-02-2007 9:50 a.m.
02-10-2006 9:54 a.m.
01-09-2006 12:59 p.m.
03-07-2006 1:36 p.m.