ADEVIDA

La prisa y el estrés se han adueñado de la mayoría de los hogares. En los tiempos que corren, El plan de un día cualquiera podría resumirse en ducha rápida, desayuno, marcha al trabajo y vuelta a casa. Un ritmo de vida agobiante que deja poco espacio para pensar en los demás. Sin embargo, la colaboración altruista cordobesa está en auge. El número de Organizaciones No Gubernamentales supera hoy por hoy el medio centenar. Inmigrantes, ancianos, mujeres y niños son las prioridades de los que ayudan. Por ello, también hay numerosas asociaciones que dedican su tiempo por entero a ellos.

Una de ellas es ADEVIDA, una asociación aconfesional, apolítica y sin ánimo de lucro que surge en Córdoba en 1985 como con el único objetivo de favorecer la vida y apoyarla en todos los sentidos. Hasta su sede, en la calle Isabel Losa, llegan todo tipo de mujeres. Normalmente, son jóvenes con problemas familiares y económicos que se han quedado embarazadas y no saben cómo salir adelante. Isabel María Guerrero, presidenta de ADEVIDA, explica que “las situaciones pueden ser muy variadas. Aquí vienen niñas que han recibido el rechazo familiar debido a su estado. También llegan otras que viven solas en España. Incluso madres de familia en situación precaria”.

Ayuda desinteresada

Isabel llegó a la asociación a través del conocido Baratillo. Colaboraba cada año como responsable del salón de té hasta que, poco a poco, fue adentrando más en las labores de voluntariado. Desde el mes de noviembre, ocupa el puesto de presidenta, un lugar que “al principio me impresionó pero que se hace fácil gracias al apoyo de todo el equipo”, afirma.

Más de cien socios están detrás de la labor de ADEVIDA. Al frente de los avatares del día a día se encuentra la junta directiva, formada por catorce personas. Todos son importantes y necesarios. “Con nosotros trabaja una asistenta social de forma desinteresada que se encarga de realizar el estudio social a todas las mujeres que llegan a la sede”, explica Isabel. En función de las necesidades, el grupo toma las decisiones. Las asistencias son diferentes dependiendo del estado de la mujer. Durante el embarazo se brinda ayuda psicológica y médica a las futuras madres. Con el tiempo, comienzan a comprar accesorios para ellas como carritos o vestidos, de forma que, “cuando nace el bebé, tiene una canastilla completa y nueva de primera postura”, comenta Mª Ángeles López, ex-presidenta y actual vicepresidenta de la asociación.

Mª Ángeles también colabora con ADEVIDA desde hace tiempo. En 1992 se adentró en el Baratillo y quedó enganchada. “Me di cuenta de que una ayuda en todo el año era poco. Sabía que podía dar más. Por ello decidí venir a la oficina e informarme”, comenta orgullosa. Su primera ocupación fue una revista, excusa que le sirvió para penetrar en las entrañas de la asociación hasta llegar a ser presidenta, cargo que dejó en manos de Isabel hace pocos meses. Isabel y Mª Ángeles se mueven a la perfección entre pañales, botes de leche y peleles de lana. Entre ellas y el resto del equipo logran atender al año alrededor de 65 mujeres. Actualmente, más de 60 las familias que dependen de la caridad y la buena voluntad de ADEVIDA. Por este motivo, es muy importante mantener el nivel de ingresos. Para ello, cuentan con el apoyo de las subvenciones, que “no son demasiadas”, apunta Isabel. Sin duda, su principal fuente de recaudación es el Baratillo. “Hasta hace dos años, el Ministerio de Asuntos Sociales nos daba una ayuda económica para leche. Este dinero ahora no lo tenemos, por lo que nos apuramos más para cubrir gastos”, comentan las presidentas. La colaboración de los socios es imprescindible para ADEVIDA, tanto en el día a día, como en la preparación y montaje del Baratillo.

Feria de artesanía

Entre todos los colaboradores buscan empresas que deseen abonar un donativo a cambio de publicidad. Confiesan que “hasta ahora, las encontramos con facilidad, ya que Córdoba entera se vuelca con nosotros”. El Baratillo de ADEVIDA se ha consolidado como una cita fija del mes de marzo cordobés, del mismo modo que los patios se atribuyen a mayo. La organización de esta fiesta social es el buque insignia de la asociación. Se trata de “un trabajo duro pero que cubre las necesidades de todo el año, por lo que ni nos pensamos en abandonar”, señalan ambas integrantes de la asociación.

La sociedad propietaria y arrendataria del Coso de Los Califas cede de manera desinteresada el lugar. En los pasillos de la plaza de toros llegan a reunirse hasta 40 puestos. Entre ellos, destacan los que incluyen entre sus artículos el cartel “100% de beneficio para ADEVIDA”, regentados por voluntarios que dan todo su tiempo en los cuatro días que el Baratillo permanece abierto al público.

Isabel Guerrero define el Baratillo como “una feria de artesanía. Son muchas las mujeres que pasan el año preparando objetos con sus propias manos para luego venderlos de manera altruista”. Cada vez más empresas privadas desean formar parte de este mercado improvisado. Colocan allí sus puestos y donan un porcentaje importante de sus ingresos a la asociación. “Nosotros no decimos que no a nadie. Todos tienen cabida en los pasillos de la plaza de toros”, afirma la presidenta.

Allí, son clásicos la tómbola, los puestos de ropa de bebé o las pastelerías caseras. Sin embargo, en el Baratillo de ADEVIDA también hay lugar para la diversión. El salón de té, denominado El Albero; los restaurantes, como La Estocá o El Castoreño; y la sala de baile, se convierten en los protagonistas de la noche. Niños, jóvenes y adultos conviven en armonía a la vez que disfrutan de la compañía de los amigos y familiares. Además, como complemento, la asociación organiza desfiles de moda, catas de vino, conferencias, tertulias taurinas y fiestas infantiles con el objetivo de que todos puedan participar en esta reunión solidaria.

Cansancio reconfortante

Cuatro días con sus cuatro noches que los organizadores viven intensamente. Tanto es el esfuerzo que realizan para que todo salga bien, que “quedamos exhaustas y sin ganas de organizar otra cosa hasta el año que viene”, comenta Isabel. “Gracias a la ayuda de los cordobeses, nosotros cumplimos las expectativas económicas del año, por lo que, por ahora, nos va bien así”, apunta. En otras ocasiones han organizado más eventos, como un torneo de golf y algunos de mus o bridge. Ahora tienen concentrados todos sus esfuerzos en el Baratillo, aunque no descartan realizar otros acontecimientos sociales para recaudar más fondos.

En los días previos a la celebración de la “fiesta de artesanía”, no dejan de llegar las cosas propias del montaje a la sede de ADEVIDA, como las carpas o las alfombras. Además, la casa de Isabel Losa se llena de muñecos y vestiditos de encaje para los bebés. “Hasta hace dos días, aquí no se podía ni entrar”, comenta Mª Ángeles ilusionada. “A esto hay que unir todo el protocolo de la inauguración”, apunta. Cada año invitan a un sacerdote para inaugurar el evento, que siempre llega acompañado de una madrina especial. Para esta edición no tienen nombres cerrados, pero sí es seguro que vendrá alguien importante que pueda seguir engrandeciendo el nombre del Baratillo de ADEVIDA. Hace dos años el cargo de madrina recayó sobre la princesa Beatriz de Orleáns, y el pasado lo fue Carla Royo Villanova. Además, el Baratillo es lugar de reunión de numerosos rostros conocidos, entre los que destacan toreros y otros personajes del mundo rosa.

Estrellas de la Vida

La organización deja para el último día uno de los momentos más entrañables. ADEVIDA concede tres Estrellas de la Vida a personas que pertenecen a la asociación y que han demostrado su buen hacer en sus años de voluntariado. Los galardonados en esta ocasión son Mª Ángeles Martín, voluntaria durante las quince ediciones del Baratillo; Rosario Serrano, una socia que trabaja año tras año en la parte artesana; y Antonio García, un voluntario ejemplar y constante. Esta es la trastienda de ADEVIDA. Ellos y muchos otros son los encargados de que todo salga a pedir de boca en cada edición.

Son cuatro días frenéticos precedidos de meses de locura y que terminan con más trabajo. La tesorera es la encargada de contabilizar las ganancias y repartir los beneficios. Gran parte de estos se marchan a los 25 conventos de clausura que hay en la provincia de Córdoba. Otra porción va hacia la Casa Fuente de Vida, dirigida por las madres adoratrices, donde acogen a madres solteras que no tienen a dónde ir. Otorgan otra fracción al Secretariado Gitano, al proyecto CUBA y a la Fundación Bangassou, a la que brindan 200 kilos de leche maternizada con destino Centro-África. En total, ADEVIDA se queda con un 60% de los beneficios obtenidos en el Baratillo. Suficiente para cubrir gastos hoy por hoy, aunque Mª Ángeles comenta con esperanza que quizá su próximo proyecto pueda ser “el montaje de una guardería propia para que las madres puedan dejar en ella a sus hijos y se marchen a trabajar sin gasto adicional”.

Ambas mujeres, Isabel y Mª Ángeles, afirman sentirse “encantadas, tranquilas y reconfortadas” con su participación en ADEVIDA. “Nos llena de satisfacción el que las madres ya reinsertadas nos visiten con sus hijos”, comenta la presidenta. Una labor que bien merece un reconocimiento social. La oportunidad será, de nuevo, en el Baratillo: una cita social casi ineludible.