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MARZO - ABRIL 2008  /  ARQUEOLOGÍA

Sarcófagos Paleocristianos

03-03-2008 10:55 a.m.

Historia del inicio del Cristianismo Figurativo

En ésta ocasión, y con motivo de las fiestas que hemos vivido, vamos a realizar un breve paseo por una de las primeras muestras figuradas del cristianismo en sus inicios representativos.

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La figura de Cristo, de Santos, de escenas bíblicas, ha acompañado al ser humano desde que Constantino decidiera hacer del cristianismo a partir del Siglo IV, la religión oficial del estado romano, extendiéndose al resto del imperio y sus provincias.

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Aunque la temática de dicha religión parezca genuina y surgida con el cristianismo, tenemos que reconocer que muchas obras figurativas tienen cómo referente las culturas paganas precedentes.

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Aunque esto pueda parecer algo un tanto atrevido, los estudios acerca de la iconografía comparada, así lo demuestran, muchos conceptos cristianos los encontramos en ritos paganos, sin ir más lejos la figura de la Virgen cómo madre, tiene su similar en el culto a la diosa de la fecundidad, de hecho, la media luna y las estrellas que adorna generalmente los pies de la representación de la Virgen , ( ejemplo la de Murillo), tiene su precedente en el culto a Mitra, diosa de la fertilidad, donde también aparecían dichos atributos.

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Y qué decir de la celebración navideña, festividad que desde tiempos remotos se ha celebrado, coincidiendo con el solsticio de invierno.

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Esto es sólo un ejemplo, el tema podría darnos para más de dos artículos, ya que es bastante interesante, y es evidente y lógico que las costumbres precedentes se acojan y acoplen a los nuevos cambios ideológicos o religiosos.

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Bajo el imperio romano, las representaciones escultóricas eran abundantes, sobre todo tras conquistar Grecia y sorprenderse al hallar tantas magníficas obras de arte, las cuales sirvieron de modelos para crear las suyas propias; Los grandes personajes del imperio querían codearse con los mejores artistas y llenar sus casas de espléndidas obras de arte, algunas de las cuales eran simples copias de las obras griegas.

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Esto, junto con la tradición etrusca, de representaciones figuradas en las tumbas de ilustres personajes, hizo que el mundo funerario romano se fuese llenando de elementos representativos entorno al difunto, generalmente representando los rituales funerarios, con danzantes, plañideras, orantes, decorando los sarcófagos.

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Con todo lo dicho, queremos destacar la importancia que la costumbre de decorar los sarcófagos del mundo romano tendrá para los primeros cristianos.

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Ya en el imperio fue extendiéndose la inhumación, con la consiguiente proliferación de tumbas decoradas y sarcófagos narrados escultóricamente, tan sólo hay una diferencia: en el mundo romano, en la mayoría de los casos era frecuente la representación del difunto personificado, mientras que en el cristianismo, lo general eran las representaciones de escenas bíblicas, de Cristo o del antiguo testamento.

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El sarcófago, última morada para el difunto, es un elemento que se reviste desde que se generaliza su uso, de todos aquellos elementos que dan tranquilidad y otorgan prestigio al personaje que es allí inhumado.

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Algunos llegan a convertirse en auténticas obras de arte, en los museos Vaticanos podemos encontrar sarcófagos de un valor incalculable,( para el arte paleocristiano destacar el de Junio Basso), tanto por su técnica escultórica, cómo por la información que, desde el punto de vista histórico-arqueológico, pueden aportarnos.

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El arte Paleocristiano, el estilo artístico desarrollado durante los primeros cinco siglos desde la aparición del cristianismo, llegaría a su desarrollo tras el Edicto de Milán, cuando Constantino en el 313, otorgaría a los creyentes plenos derechos de manifestación pública de sus creencias.

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Anterior al 313, es el arte clandestino desarrollado en las catacumbas ocultas al poder represivo del estado.

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En un primer momento anterior al edicto de Milán, los sarcófagos estaban decorados con figuras geométricas, vegetales, zoomorfas, etc.

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Tras el Edicto, las representaciones figuradas de temas cristianos llenarían los sarcófagos, que en muchos casos más que la técnica, interesa la temática tratada y el tratamiento de la misma.

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Los temas representados fueron muy variados, animales cargados de simbología, ciervo, paloma, pavo real, o signos acrósticos, Crismón, representación del principio y el fin, junto con una cruz, etc.

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De nuevo destacamos los precedentes paganos, en la representación del Buen Pastor, donde algunos autores han señalado su precedente en el Moscóforo griego, e incluso en la figura de cristo con la de Orfeo.

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En los sarcófagos se van estructurando las figuras entorno al espacio en escenas, embutidas por unos arcos que delimitan las diferentes escenas, y unifican el conjunto.

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En Córdoba disponemos de un sarcófago de mármol excepcional, que podemos visitar en el Museo Arqueológico, donde podemos apreciar la técnica descrita y los temas bíblicos, en concreto las escenas representan:

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--Sacrificio de Isaac,--Negación de Pedro—Milagro de la multiplicación del pan y los peces—el pecado original—Pedro-Moisés, haciendo brotar agua de la piedra de Horeb, que adoptaría el simbolismo del agua bautismal.

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Su hallazgo fue causal, en 1962, en la zona de expansión hacia el norte de la ciudad, en la denominada Huerta de San Rafael, a orillas de la avenida Cruz de Juarez, esquina a la calle del Almendro.

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Apareció a tres metros de profundidad al abrir cimientos para una casa del ensanche, y aunque no se encontraba intacto, se cree que sí que se encontraba en su ubicación inicial, y restos óseos repartidos por alrededor, aunque al existir en la zona una necrópolis, es difícil asegurar que pertenecieran al difunto del sarcófago.

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Se trataba de una necrópolis próxima a una de origen romano, dónde en 1958, se halló un sarcófago romano que se encuentra en el Alcázar de, los reyes cristianos.

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Se trata de un sarcófago, cómo ya hemos mencionado, en mármol, con vetas azuladas, que probablemente no sea peninsular, sino de procedencia itálica, según la opinión de García y Bellido; Mide 2,16 metros de longitud, 78 cm. De anchura, 64 cm. De altura, y 51 cm. De profundidad.

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Apareció fuertemente dañado en cuanto a los personajes, que estaban decapitados, excepto los de la escena del pecado original que a los cuales arrancaron el rostro, el resto del sarcófago se conservó bien , ello hace pensar que fue echo a drede por algún personaje no cristiano.

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Cómo era común en los sarcófagos occidentales, sólo estaba decorado en frontal, quedando lisos los lados restantes.

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La decoración de su fachada es corriente en los sarcófagos de ese estilo del siglo IV, con cinco grupos escultóricos separados entre sí por columnas estriadas en espiral, decoradas con capiteles altamente decorados de orden compuesto, perteneciendo al grupo de los denominados sarcófagos estriados, de los cuales existen bastantes en todo occidente y en la península.

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Cuando nos situamos ante los pasos procesionales, el silencio, las representaciones tan realistas, las figuras, algunas de ellas pertenecientes a una imagineria excepcional en Andalucía, y pensamos en los siglos y siglos de representación de la imagen de cristo y escenas bíblicas, ante ello, sólo podemos destacar que a esto, sin duda, hay que llamarle fe y tradición, que ha conseguido perdurar, quizás por haberse fortalecido al formar parte de la arraigada cultura y tradición, sobre todo en Andalucía.

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