Premiar a los que premian

Este ejercicio devolutivo, el de premiar, de manera modesta en forma de escrito, a los que premian es lo que queremos hacer desde estas páginas de nuestra revista Córdoba Eterna, una vez que tuvimos la oportunidad de asistir al solemne acto de entrega de los “Premios Averroes de Oro Ciudad de Córdoba 2007”. Una “entrega solemne” como rezaba el programa entregado a los asistentes en toda la extensión de la palabra, una ceremonia digna de ser catalogada como excepcional, a la altura de muchos celebres Premios que se otorgan por otras partes de España y que vemos reflejadas en las televisiones patrias.

Córdoba debería de sentirse orgullosa de ellos y todos los cordobeses, entre ellos muchos que presumen de su cordobesismo, deberían de tener a estos Premios que otorga la Asociación Profesional de Visitadores Médicos marcados con fruición en el calendario anual de las efemérides más significadas; en ella salen a colación los valores médicos (germen de los premios que se empezaron a otorgar en 1973), los humanos y los artísticos, que desde nuestra ciudad y mirando al mundo rinden su justa medida al personaje que les da nombre, ese cordobés para la eternidad llamado Abu I-Walid ibn Rusd, latinizado Averroes.

Enhorabuena a los premiados, que con su categoría profesional y humana han dignificado estos galardones (D. Manuel Casal Román, D. Juan Vacas Montoro, la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios y Dª Carmen García Gómez “Carmeli”), pero desde aquí queremos rendir homenaje a los que hacen posible que Córdoba cuente con estos consolidados Premios Averroes, que insisto, todos los cordobeses deberían tener noción clara de su existencia. Gracias al “Circulo Cultural Averroes” que con su trabajo todo el año hacen posible esto y en especial a su presidente, don Antonio Campos Fernández. Córdoba os debe gratitud. Que Nuestra Señora del Socorro, vuestra Patrona, desde su placita cordobesa os premie y os siga dando fuerzas en esta labor encomiable.