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A la influencia en la que bebía la obra de Julio Romero de Torres; la literatura de Valle Inclán, vamos a añadir una teoría novedosa para el mundo de las artes, que nos es otra que una posible influencia de la poesía de Ricardo de Montis y la de Enrique Redel en la pintura de este magistral e universal cordobés. En este artículo, vamos a realizar un recorrido por algunos de los cuadros más representativos de Romero de Torres, en la que podremos encontrar la llamada teoría Ut pictura Poesis, entre la obra poética de Redel y la de Ricardo de Montis. Hacia 1862, Rafael Romero Barros llega a la ciudad califal desde la capital Hispalense, para hacerse cargo de la dirección del Museo de Bellas Artes. Este hecho, con el tiempo, nos hará encontrar una amistad entre el hijo de D. Rafael; Julio y Enrique Redel, ya que desde muy jóvenes, entran a formar parte de la escuela de pintura, que Rafael Romero Barros crea en el museo de Bellas Artes; siendo a la postre uno de los lazos de unión entre los artistas. Hay unos dibujos firmados en 1898 dedicados por Julio Romero a su gran amigo Redel y cuadros de Enrique Romero también dedicados a Enrique Redel, que hacen patentes esta amistad personal. Con el tiempo, esta amistad, se va haciendo más patente, y en la que cada uno, dentro de su faceta, se encamina hacia su idea de concebir el arte; uno la pintura y el otro hacia la literatura. Por estas fechas es cuando entra en escena el otro artista en cuestión; Ricardo de Montis, comenzando a compartir veladas nocturnas en la tertulia que estos, junto con otros artistas tenían en la Taberna el Bolillo, junto a la plaza de la Fonseca. Al regreso del viaje que Julio realiza por Europa, en 1895, antes de la muerte de su padre, se organiza un banquete homenaje para celebrar la presentación en sociedad del cuadro “Mira que bonita era”, con el que obtuvo un salto a la fama que a la postre le acarreará el reconocimiento internacional como pintor. En este homenaje se leyeron poemas de sus amigos para celebrar dicho evento. El joven pintor también vivió intensamente la vida cultural cordobesa de finales del siglo XIX que giraba en torno a la Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes -presidida entonces por don Teodomiro Ramírez de Arellano- al Ateneo y a la Sociedad Económica de Amigos del País; entidades que eran a la sazón decisivo estímulo intelectual con la organización de certámenes artísticos y literarios. Una Córdoba cultural en la que brillaban escritores y artistas de la talla del Conde de Torres Cabrera, Rafael García Lovera, Mateo Inurria, Cipriano Martínez Rucker y los citados Enrique Redel y Aguilar y Ricardo de Montis entre otros muchos. Adentrándonos de lleno en el análisis de la relación Ut pictura Poesis de la obra de estos artistas, se van a ir analizando fragmentos de la poesía de Enrique Redel y de Ricardo de Montis para compararlas con las pinturas de Julio Romero. Comenzando con el cuadro pintado en 1929: “La Chiquita Piconera”, Romero de Torres describe a una mujer de piel oscurecida (más bien por tizne del carbón), hombros desnudos, con el atizador para el bracero de picón en las manos, un rostro cansado por el trabajo, amargada en su interior y preferentemente de clase baja. Este cuadro lo podemos relacionar con el poema titulado; Los piconeros, realizado para los piconeros del barrio de Santa Marina en 1903, (editado en 1907), perteneciente a la Lira de Plata, de Enrique Redel. El poema en sus primeras estrofas dice lo siguiente: Prototipo de la gracia, muestra su desgracia / su faz negra y tiznada / nacido de los barrios bajos / en sus desnudos brazos. Todo es fiel reflejo de los que muestra el cuadro de Julio Romero, brazos desnudos, faz negra y tiznada, nacida de los barrios bajos. Todo un alarde de comparaciones reflejadas en el cuadro. Hay que añadir la clara predilección que Romero de Torres tenía pintar personajes femeninos, lo que posiblemente transformase del poema, de masculinos a femeninos. Otra muestra de la teoría expuesta anteriormente, la podemos ver en el cuadro “La Saeta”. El cuadro muestra como tema principal, a una mujer vestida de mantilla, rezando, rodeada de tullidos y pecadores. Al fondo, tema fundamental para la comparación con el poema, es la Virgen de los Dolores, en procesión, con infinidad de penitentes acompañándola en su caminar por las calles de Córdoba. El cuadro fue pintado en 1918 y el poema en cuestión, también sacado de La Lira de Plata, fue escrito en 1906. Las estrofas que destacamos para la comparativa con el cuadro son las siguientes: La Virgen muestra un acompañamiento de flores y luces / Norte seguro de pecadores, consuelo eterno de los que lloran penas y errores / Himnos te ofrecen los trovadores. Los trovadores s e relaciona con “los cantaores” de saetas, los pecadores con el personaje encadenado del primer plano del cuadro, y el resto se relaciona con los que lloran penas y errores. Aunque sea un tema muy popular y pueda llevar a comparaciones con otras representaciones de salidas procesionales, la descripción de ciertos elementos nos lleva directamente a una cierta influencia en la representación pictórica. “Las Alegrías” de 1917, “La Copla” de 1927 y “El cante hondo” de 1930, son tres cuadros que se pueden relacionar con el poema titulado La guitarra, perteneciente al libro Ecos de Vigilia, escrito en 1893. Todos los cuadros tienen un elemento común; la guitarra, que según reza el poema: cuando vibra nerviosa nos parece escuchar en los bosques y en los huertos los alegres murmullos de los pájaros / batir de alas y rumor de besos, se pueden apreciar en cuadro “Cante hondo” y el batir de alas en el movimiento de los brazos de la mujer en el cuadro “las alegrías” / otra estrofa del poema dice: si vibra compungida nos infunde la nostalgia y evoca el cementerio y las lluvias constantes del invierno. Cuando se refiere al cementerio, lo podemos apreciar en el cuadro “cante hondo”, el que se aprecia a una mujer dentro de un ataúd, donde un hombre le llora y una mujer a la izquierda de la representación le añora. El invierno, se aprecia en el fondo del cuadro, que refleja un cielo muy nuboso, amenazando lluvia. Estos tres cuadros muestran respectivamente: la alegría, la melancolía y la tristeza, elementos fundamentales en la literatura de Redel, y que posiblemente Julio Romero quiso hacer un pequeño homenaje a su amigo de la infancia. El cuadro “Nocturno”, pintado en 1929, se puede relacionar con el poema La prostituta, escrito en 1893 y perteneciente al libro Ecos de Vigilia. Aquí se muestra a una mujer intentando vender sus encantos a los transeúntes de una noche cualquiera. El poema dice lo siguiente: esclava del vicio, indiferente su cuerpo entrega al mundo por dinero / al hombre adula / joven si, pero enferma y desgraciada, sin pudor y sin honra y sin fortuna, muere desconsolada, todo muy bien descrito en el cuadro, las jóvenes y la cansada (arrodillada). Aquí, junto con el poema, cada uno en su época, se denuncia las calamidades de esta forma de vida. A continuación vamos a destacar un tema fundamental en la obra de Julio Romero de Torres, nos referimos a los fondos que el pintor representa en sus composiciones, sobre todo temas cordobeses, en los que realiza un claro alarde de su amor hacia su tierra natal. En el cuadro “Córdoba Judía”, se representa la plaza de la Fonseca, lugar donde se encontraba la taberna “el Bolillo”, taberna en la pasa gran parte de su juventud junto a sus amigos Redel y Montis. Si analizamos varios poemas del escritor cordobés, Redel describe gran cantidad de paisajes: Primavera, publicado en Ecos de Vigilia en 1893, Cruz de Mayo, publicado en Obras Literarias, tomo II, de 1987, Patio Cordobés, Ángel del Puente. En todos ellos el paisaje que se describe, se puede ver en los cuadros que más adelante Romero de Torres, sacaría de su paleta. Otro tema que “el pintor de la Plaza del Potro” da mucha importancia en su obra, es la representación femenina, con la que juega en la gran mayoría de sus cuadros. Redel lo trata en su obra de la manera siguiente: en Álbum de una cordobesa, de Ecos de Vigilia, se dice lo siguiente; Eres hermosa, morena como las hijas de Arabia, morena como los soles, morena como la gracia / envuelta en azules gasas (el azul para los mantos, muy utilizados en los cuadros Romero,) / yo te adivino pulsando melancólica guitarra, en el cuadro “La nieta de la Trini”, se ve a una mujer portando una guitarra en la mano / yo te contemplo en las calles vetustas de mi sultana (máximo exponente de las representaciones de mujeres y tras ellas, su tierra natal: Córdoba). Se podría estar analizando gran cantidad de poemas de Redel y cuadros de Romero, pero nos hemos detenido en los algunas de las obras más representativos de cada uno, mostrando una pequeña parte de repertorio con el contaban ambos artistas. Vamos a analizar a continuación, la relación Ut pictura poesis, que presenta la obra de Romero con la literatura de Ricardo de Montis. Con la obra de Montis, nos centraremos principalmente en Notas Cordobesas, publicadas entre 1911 y 1923 (los cuatro primeros tomos). En primer lugar empezaremos haciendo un recorrido por los cuadros de Romero de Torres que muestran paisajes en sus fondos y los compararemos con la poesía de Montis, en la que se verá una clara similitud entre ambas. El cuadro “Córdoba torera”, realizado en 1913, lo compararemos con el poema de 1911 del tomo I del libro anteriormente comentado. El cuadro muestra un fondo en el que se ve la plaza de la Corredera adornada con mantones de Manila y faldones para acoger una corrida de toros. Montis describe en su poema una corrida de toros, con balcones decorados y colgaduras, con hermosas mujeres, todo representado en el cuadro como fondo. El poema El Triunfo encontramos: Las niñeras paseaban a los niños bajos sus pies, que les servia de lugar de reunión, apreciable en el cuadro “Córdoba Romana”, un claro homenaje a Séneca. El cuadro muestra a dos mujeres paseando bajo la estatua de Séneca, como bien describe el texto. El cuadro “Córdoba Religiosa”, pintado en 1913, se ve la plaza de Capuchinos, en este caso es a la inversa, el poema se basa en el cuadro, ya que se escribió un año después. También, con influencia del cuadro sobre los poemas, son los fondos que realiza Romero del Paseo de la Ribera, “Nuestra Señora de Andalucía”, “Ángeles y Fuensanta”, “En la Ribera”, “Cartel de Feria de 1912”, sirven de inspiración para sus poemas. Aunque todos los temas tratados en este artículo puedan ser representados individualmente por pintores o escritores cordobeses, se ha querido analizar una teoría, desde el punto de vista de la amistad que tenían entre si estos artistas. Ut pictura poesis, es una teoría que desde hace muchos siglos, a hecho, que la literatura y la pintura vayan de la mano, y que se compartan en lugar y tiempo (en este caso), unas vivencias vistas y leídas en la obra de Romero de Torres y de Enrique Redel y Ricardo de Montis.
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