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Según lo dispuesto en la Ley de Patrimonio Histórico Español, en su artículo 4, se entiende por Expoliación: “toda acción u omisión que ponga en peligro la pérdida o destrucción de todos a o algunos de los valores o de los bienes que integran el Patrimonio Histórico Español, o perturbe el cumplimiento de su función social”.
\r\nEl expolio podemos decir que es un concepto que conocemos todos, ya que las noticias relacionadas con sucesos de expolio son abundantes, y dentro de las regiones de España, Andalucía encabeza la lista, dada su extensión y su riqueza cultural, siendo a su vez Córdoba, un punto de actividad expoliadora importantísimo.
\r\nEl expolio, y la preocupación sobre el patrimonio, el arte, la cultura, no es algo nuevo, sí que se puso de moda, pero a lo largo de la historia, ha existido cierta preocupación por conservar lo que se considera forma parte de la identidad de un pueblo, de su territorio. Un caso temprano lo encontramos (RODRÍGUEZ TEMIÑO, I. “La arqueología herida”), ya en el siglo VI con Casiodoro (Varieae 10,30), al narrar cómo un prefecto de Roma, decretó la reparación de un conjunto escultórico representando elefantes, por mantener su valor didáctico, y que se pudiera conocer dichos animales en tiempos posteriores.
\r\nEl ser humano siempre ha sido cómplice de intentar obtener recursos y elementos de valor a lo largo de los territorios que iba conquistando, desde las primeras invasiones que buscaban botines de guerra, con el caso del imperio romano y su “saqueo” del arte de Grecia, hasta las últimas guerras mundiales y su ir y venir de obras de gran valor. El pasado, hasta hace apenas dos siglos, había sido una parte de la historia que quedaba sepultada, había que valorar el progreso, y lo antiguo se veía cómo algo obsoleto, sin un valor real, hasta que poco a poco y de la mano de grandes campañas militares, cómo las de los ejércitos Napoleónicos, se produjo un “Boom” por acercar culturas exóticas y alejadas a los principales países, museos y colecciones privadas. Así poco a poco Francia o el caso de Gran bretaña con el colonialismo, se llenaron de piezas procedentes de Egipto, Irak, etc, haciendo de su museo un elemento de grandes dimensiones culturales. ¿Podríamos decir que ello supuso un expolio?, sin duda la polémica estaría servida, dado que no es lo mismo llevarse un objeto sabiendo que es ilegal, que cogerlo cuando existe una política de conquista por parte de un estado sobre otro, y no hay una ley que determine, qué debe ser lo correcto, no se deberían haber sacado tantas piezas de su lugar de origen, y de hecho, en la actualidad, se debate acerca de si las obras de arte debieran volver a sus países.
\r\nDesde el año 1844 en España se comenzaron a instaurar normas para dictar a los jefes políticos provinciales realizar listas de monumentos históricos y artísticos, que debido a su belleza, antigüedad u origen, evocasen valores históricos, para ser conservados. A finales del siglo XIX muchos países tenían una legislación de conservación. En el siglo XX, se iría definiendo aún más el concepto del valor histórico, artístico y cultural, para dar cabida a un amplio espectro de manifestaciones de la actividad humana, susceptibles de incorporarse a este elenco de definiciones, donde el concepto de arqueología ha fluctuado a lo largo del proceso en su propia delimitación. En la Ley de Patrimonio Histórico Español, podemos encontrar recogidos y definidos todos los términos a los que nos estamos refiriendo, con mayor o menor acierto. Se ha tenido una idea acerca del valor de la arqueología y de los objetos maravillosos encontrados, muy distorsionada por el cine, ahora que está muy de moda el famoso Indiana Jhonnes, donde los objetos eran afanosamente buscados para venderlos y enriquecerse, donde todo lo que rodeaba a la pieza era sorprendente y lleno de misterio.
\r\nSi pensamos en las piezas de Egipto o la antigua Babilonia, claro que es cierto, pero la arqueología es mucho más que todo eso, y hemos llegado a un punto donde cada objeto tiene un valor y significado por sí mismo inimitable, da igual el material que lo componga, aunque los preciosos siempre marcan una gran diferencia, y son los más prestigiosos en el mercado negro de antigüedades. Y es precisamente en esos mercados de antigüedades donde encontramos algo más real la idea del cine, ya que antes, porque no existía una legislación específica al respecto, y ahora, porque se pasa por alto, el valor que alcanzan muchas piezas hace que ciertos individuos se dediquen exclusivamente al expolio y venta de piezas y materiales.
\r\nEn Córdoba, el expolio ha existido siempre, dada su gran riqueza y variedad, si bien en la etapa islámica se reutilizaron materiales y objetos romanos, constituyendo esto un tipo de expolio. Con la reconquista debemos suponer que muchos objetos no quedaron sepultados y fueron saqueados, aunque es difícil de rastrear algún tipo de información; Sería con la llegada de los ejércitos napoleónicos cuando en toda España se produciría un gran expolio, aquellos lugares por donde caminaba el ejército. Numerosas obras de arte, fueron depositadas en el museo del Louvre, obras de autores barrocos,( Murillo, Velásquez, Zurbarán), de los cuales aprendieron muchos pintores de Francia, esculturas marmóreas, numismática, y todo tipo de restos de gran valor no quedarían ilesos del saqueo.
\r\nA principios del siglo XX llegarían a España (1903) Pierre Paris y A. Engel, dos viajeros que indagaban en la cultura y en el valor histórico artístico y arqueológico de las ciudades que visitaban, de éste modo recopilaron muchas obras arqueológicas, ya que llegaron a realizar excavaciones incluso, tal es el caso tan conocido de Carmona, donde encontraron la muralla romana, y una serie de relieves escultóricos, parte de los cuales hoy se encuentran en el museo Arqueológico Nacional de Madrid, y muchas de las piezas encontradas “emigraron” a Francia, o fueron compradas por personalidades importantes, ya que muchas se han localizado en fincas privadas repartidas por Córdoba y Sevilla. Pierre Paris, se hizo famoso sobre todo por el descubrimiento de la famosa Dama De elche, la cual ya estaba descubierta y dicho señor supo aprovechar la oportunidad y comprarla para llevarla al Louvre desde donde bajo el franquismo regresaría a España. Las guerras son un momento de caos bajo el cual se han perdido incalculables obras y donde el expolio es un deporte nacional, recordemos las II guerra mundial, en la cual Hitler, permitió el expolio, es más, lo consideró como una compensación para sus ejércitos, para su país.
\r\nY qué decir del expolio sufrido España bajo la república, cuando el patrimonio sufrió expolio y destrucción de dimensiones considerables y desconocidas. Durante la guerra de Irak hemos asistido al gran expolio que del museo de Bagdad se ha hecho por todo tipo de traseuntes, piezas de incalculable valor, que seguro se han ido introduciendo en subastas y mercados de arte. Ya existe toda una legislación acerca de la pena que supone el expolio, los mercados y subastas están supuestamente controladas, para situar un objeto en una subasta hay que presentar una serie de documentos que acrediten la fiabilidad de dicho objeto, dónde se compró o si pertenece a una colección privada correcta, a pesar de ello, las piezas procedentes del expolio se siguen vendiendo a precios considerables y a plena vista, en muchos casos, en casas de subastas prestigiosas y supuestamente legales, y es que como en todo, el dinero marca el ritmo de cualquier actividad, dejando la pena legal para los casos más humildes. Los detectores de metales, que están completamente prohibidos y penados, siguen haciendo estragos en el subsuelo de Córdoba, y muchas piezas podemos encontrarlas en subasta incluso por Internet, y no es justo que un material que pertenece a la historia cultural de un pueblo, sea aprovechado por individuos que en algunos casos no son ni españoles, para enriquecerse robando el patrimonio.
\r\nHace poco tiempo fue noticia el caso de dos individuos que actuaban en Andalucía expoliando y vendiendo piezas, siendo Córdoba donde se concentraba toda la actividad. A pesar de todo el control que pudiera existir al respecto, el expolio sigue con su gran actividad, quién esté detrás de todo ello es un tema demasiado complejo, confiemos en que los restos de la historia, queden donde deben estar y nadie venga a negociar con lo que ni siquiera le corresponde por nacionalidad, y seamos conscientes de que si robar un banco es grave, robarle al patrimonio también lo es.
03-05-2010 11:42 a.m.
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