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“Yo te juro por Jesu Chrifto Crucificado que soy Raphael Ángel á quien tiene Díos puesto por guarda desta Ciudad”
\r\nCon estas palabras; San Rafael Arcángel se aparece al Padre Roelas una noche del 1578, informando que la autoría de los restos encontrados dos años antes en la iglesia de San Pedro, pertenecían a los mártires cordobeses.
\r\nEl Obispo Pascual mandó construir una imagen del Arcángel para proteger a la ciudad de una plaga de peste que la azotaba. Más adelante, en junio de 1649, otros casos de peste aparecieron en la ciudad, con el consiguiente contagio de parte de la población. Un año más tarde, debido a esta epidemia, la devoción al Arcángel se hizo muy patente en la población cordobesa, celebrándose para tal hecho un cabildo en el Ayuntamiento de Córdoba, el 1 de octubre de 1649, en el que pidió dicha institución, que instauraran como día de rezo oficial del Arcángel el 7 de mayo, en memoria de la aparición al padre Roelas, concediéndose dicha petición un año más tarde cuando se leyó la carta en el Ayuntamiento que desde Roma se había mandado.
\r\nEn 1652, el Sr. Valdecañas, caballero veinticuatro de la ciudad de Córdoba, propuso al Ayuntamiento de Córdoba en sesión celebrada el día 6 de septiembre, que la casa donde habitó el padre Andrés de las Roelas, se consagrase a Dios convirtiéndola en templo y en tabernáculo del Ángel. También se añadió a las palabras de tal señor, que se celebrase un concurso del Cabildo Eclesiástico, de los jurados de la ciudad y el de varios opulentos caballeros y damas piadosas, para que con sus limosnas se comprase la casa de dicho padre, propiedad hasta entonces de la Compañía de Jesús, comprándose dicha casa y escriturándola a nombre del propio Ayuntamiento de Córdoba para que fuese suyo el patronato de la Iglesia. En 1653 comenzaron las obras para levantar una ermita en favor de dicho Arcángel. (Esta pequeña ermita no es la que conocemos hoy día, ya que la actual se construyó sobre ésta en el siglo XVIII).
\r\nTal ermita, según cuentan las crónicas de la época, se edificó según el plano preparado para dicho evento, pero se construyó una pequeña capilla u oratorio para que fuese venerado el Sagrado Arcángel con rejas hacia la calle, concediéndose dos años más tarde la aprobación de las constituciones de la Hermandad del Arcángel San Rafael. En el año 1713, el Ayuntamiento dicta, que las murallas y piedras inservibles de la ciudad, se usaran para la ampliación de la ermita.
\r\nTres años más tarde, en 1716, un grupo de personas pertenecientes a la parroquia de San Lorenzo y dirigidos por don Juan de Ávalos, retoman la construcción de la pequeña ermita, ya que años antes, el proyecto de Valdecañas quedó paralizado. En 1720, el municipio cordobés, donó la cantidad de tres mil reales para ayuda de la obra que se había emprendido por estos ciudadanos. Siete años más tarde, la cofradía de San Rafael dirigió un escrito al Ayuntamiento, para pedir unas piedras que estaban situadas frente a las casas consistoriales para construir la Sacristía, lugar donde habitó el padre Roelas, concediéndose la petición el 23 de junio del mismo año. En enero del siguiente, ya contaba la iglesia con capellán; don Francisco de Tena, ya que la iglesia estaba casi terminada.
\r\nUna vez solucionados los problemas que hubo entre el Obispo Siuri y el Ayuntamiento municipal relativos al Patronato de dicha institución sobre la Iglesia de San Rafael, se comenzaron los cultos a nuestro Arcángel.
\r\nLa imagen que se veneraba en la Iglesia, no era la que Alonso Gómez de Sandoval realizara en el año 1735 y que más adelante, en 1795, reformaría por completo. La imagen primitiva de Sandoval, era de tamaño natural, realizándose con la diadema y vara de plata, el resto de los adornos eran dorados.
\r\nEn el año 1762, la Hermandad de San Rafael presentó un escrito al Ayuntamiento, informando de la compra de unas casas contiguas a la iglesia y propiedad del convento de las Dueñas, pidiendo la correspondiente licencia para que se pudiera adelantar el muro al nivel de la fachada, aprobándose dicha petición el 9 de junio, haciendo con la obra, desaparecer un rincón que existía en la plazuela.
\r\nLa iglesia con el tiempo se va engrandeciendo por las donaciones tanto en su exterior como en su interior. Prueba de esto, es el retablo dorado que en 1791, don Bernardo Rafael de Carmona, Jurado del Regimiento de la ciudad y Hermano Mayor que fue la cofradía, donó para su colocación junto al púlpito. Este retablo albergaba la imagen de San José con el niño, posible obra realizada por Alonso Gómez de Sandoval y que en la actualidad podría ser la que se encuentra en un retablo lateral.
\r\nVarias fueron las donaciones realizadas para embellecer el templo; la Marquesa de la Vega regaló una serie de ternos sacerdotales y don Luis de la Cerda dio el frontal para el Altar Mayor. Así poco a poco el templo va adquiriendo el aspecto actual.
\r\nEn el año 1796, la Hermandad decide ampliar de nuevo la iglesia. Para este fin se pidió autorización al Ayuntamiento para adquirir unos terrenos que lindaban con la ermita y que eran conocidos como el Huerto de las Moreras. El cabildo municipal, dispuso el 1 de febrero que se resolviese el asunto mediante una comisión formada por los Sres. D. Diego de Montesinos, D. Rafael de Tena y D. Bartolomé Vélez, declinándose el 5 del mismo mes a favor de la Hermandad para la ampliación de la Iglesia. El cabildo accedió a la concesión del terreno, con una petición por parte de los Señores diputados de Obras Pías y Cabildo de la Sta. Iglesia Catedral; que se le cediera una parte del terreno para ampliar la plazuela de la ermita, vendiéndose el terreno por 256 reales el 29 de abril de 1796.
\r\nPara la ampliación de la iglesia, hubo gran cantidad de fieles que aportaron sus limosnas para construirla, destacando los 2.000 reales entregados por D. José de Medina y Corella, fundador del Monte de Piedad, 500 reales de D. Bartolomé Sánchez de Feria y Castillo, Rector de San Miguel o las aportaciones del canónigo D. Diego Ugalde. Toda clase de personas y de gremios contribuyó al engrandecimiento de la ermita. El Ayuntamiento, aportó una porción de piedras que se originaron de la reforma del paseo de la Victoria y de la muralla que lo circundaba, también unas vigas de madera doradas, que sirvieron en origen para el balcón que ocuparon los Reyes en los festejos taurinos de la ciudad.
\r\nLos gastos que ocasionaron la obra fueron numerosos, destacando los 1.222 reales del zócalo de piedra negra, los 9.000 reales de piedra para el primer cuerpo, la labra de estas ascendieron a 7.928 reales, la cal empleada sumó la cantidad de 11.771 reales o los 20.591 reales que se gastó en jornales de canteros, albañiles y carpinteros.
\r\nEn 1798 la fachada estaba casi construida, a falta de los balcones de hierro para las torres. El Ayuntamiento de la ciudad, cedió las puertas de hierro que había junto al molino de la Albolafia. Las campanas también estaban colocadas, bautizándose antes de ser colocadas con los nombres de: San Rafael y San Acisclo y las otras, San Rafael y Santa Victoria, San Rafael y San Fausto, San Rafael y San Januario y la última como San Rafael, San Marcial y San Lorenzo, consagrándose el 1 de octubre de 1798 por el Obispo D. Agustín de Ayestarán.
\r\nUnos años más tarde, el 26 de julio de 1807, la Hermandad celebra una junta de gobierno para presentar los bocetos que se habían realizado para la construcción de un retablo para la ermita. Para éste retablo se presentaron cinco bocetos; uno del cordobés D. José Pérez, otro de málaga de D. Onofre Rodríguez, otro de Jaén muy parecido al Sagrario de la Catedral de Jaén, uno de Madrid realizado por D. Juan Antonio Cuervo y el último del cordobés Manuel Gómez y Góngora, hijo que fue del insigne escultor y retablista Alonso Gómez de Sandoval. El proyecto elegido para la ocasión, fue el de este último, concediéndole como adelanto 300 reales por el dibujo a lápiz que se hizo. El tallista de la obra fue Diego Carrillo al que se le pagaron 3.000 reales por la construcción en madera de una réplica en miniatura del retablo, conservándose el mismo en la sacristía de la actual iglesia.
\r\nOtro dato curioso de este recinto religioso, es la colocación de las verjas doradas que se encuentran en el presbiterio. Estas fueron costeadas por suscripción popular, costando la cantidad de cuarenta y dos mil cuatrocientos setenta y tres reales, colocando una el año 1824, con el Hermano Mayor D. Rafael de Soto y Camacho y la otra en 1829 siendo Hermano Mayor D. Arcadio García.
\r\nUno de los elementos importantes que decora la Iglesia es el órgano, situado en el coro alto. En 1848 la suscripción popular costeó dicho órgano para deleite de los asistentes a las misas. A los lados del mismo se encuentran dos lápidas de mármol negro con letras doradas en las que se puede leer el nombre del hacedor del mismo. En una se lee que don Antonio Pilat, maestro de órganos de la Santa Iglesia Catedral de Sevilla hizo el órgano en 33 meses costando 58.456 reales, destinando el sobrante de 1.033 reales a los fondos de la Hermandad, comenzando la obra en 1845 y terminándose 1848. En la otra lápida se lee, que siendo Hermano Mayor D. Arcadio García y Cardozo, se usó por primera vez este órgano el 6 de mayo de 1848.
\r\nPara finalizar nuestro recorrido, me gustaría recordar las pinturas que de Antonio Acisclo Palomino se conservan en el interior del templo. Estas pinturas son pertenecientes a una serie de la vida de Cristo, destacando la Presentación en el Templo, la Visitación, la Epifanía, la Huida a Egipto, la Adoración de los Pastores y la Circuncisión.
\r\nEspero que con este recorrido por la historia artística del edificio, tengan una idea más clara de lo que significa San Rafael para los Cordobeses, ¡Nos vemos el 24 de octubre!.
01-02-2008 12:20 p.m.
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