Si continúa la navegación por nuestro sitio web estará aceptando nuestras condiciones, que puede consultar en:
Números que sirven de acordes, onomatopeyas que hacen las veces de letras, reuniones entre músicos desconocidos, guitarras con acordes imposibles… Así suena el jazz. En el siglo XIX surge esta melodía como heredera de un estilo, mezcla de música africana y europea, gestado en los Estados Unidos allá por el XVII. El aporte de la música negra fue de vital importancia en el desarrollo de sus composiciones. En sus inicios, con toda probabilidad, el jazz fue interpretado por personas sin educación musical que formaban parte de bandas en Nueva Orleans. La ciudad introdujo la música en su vida cotidiana, dando con ella vida a desfiles, funerales, fiestas y bailes. La falta de conocimiento en la materia, impulsaba a los intérpretes a introducir variaciones dentro de una misma melodía. De esta manera, mantenían el interés por las actuaciones y, sin saberlo, comenzaban a crear lo que más tarde se llamaría jazz.
\r\nEl primer músico considerado jazzista fue el cornetista Buddy Bolden. Formó su banda en Nueva Orleans en 1895, fecha que quedó fijada como el simbólico nacimiento del jazz. Transcurrieron los años y el estilo fue evolucionando en manos de grandes intérpretes como Freddie Keppard o King Oliver. La extensión al resto del mundo ocurrió tras la II Guerra Mundial, cuando los músicos comenzaron a buscar mejores condiciones económicas y emigraron hacia otras zonas del país. En los años 20, Chicago se convirtió en la capital del jazz.
\r\nA pesar de esto, hoy por hoy, nadie se atreve a reflejar una fecha exacta ni un origen puntual. El estilo musical surgió de la cabeza de algunos para hacer bailar a otros. Se creó con los pies y poco a poco se fue perfeccionando con la cabeza. Pero el jazz es, ante todo, improvisación, vida, expresividad y evolución.
\r\nUna vida de jazz
\r\nLos ritmos del jazz se expandieron por Europa a partir de la segunda mitad del siglo XX. España acogió a la disciplina como ajena, pero con el tiempo ha demostrado que ha sabido aceptar sus premisas. De hecho, ha brindado grandes intérpretes a su mundo. Entre los españoles más representativos destaca la cordobesa Susana Raya. Con apenas 30 años, ha paseado su saber hacer por la mayoría de los países europeos.
\r\nSusana y el jazz se encuentran fundidos desde hace unos seis años cuando descubrió que dicho estilo musical le planteaba cierta dificultad: “un hándicap que me resultaba muy interesante”, señala la artista. La joven ha vivido desde siempre el amor por la música. Nieta de trompetista e hija de guitarrista, el jazz la ha acompañado prácticamente desde que nació. Los discos de Louis Armstrong y Ella Fitzgerald sonaban en casa a cada momento. Por esta razón, la chica decidió compaginar el colegio con los estudios de guitarra clásica en el Conservatorio de Música de Córdoba. A los doce años, se atrevió a componer su primera canción pop. Nada parecido a lo que hoy día se dedica. A los 20, ya contaba con un amplio repertorio musical que expuso en diferentes conciertos en algunos bares de la ciudad y la provincia. “Comencé a sentirme cantautora porque cantaba lo que yo misma componía. Eso me llenaba de ilusión”, señala la joven. Ella misma se confiesa “fuera de la movida musical de la época” porque no conocía a los grupos de actualidad, hecho que le llevó a definir aún más su estilo. Eran años de festivales benéficos y de certámenes de cantautores.
\r\nPoco después grabó su primer disco. “Fue una experiencia pop que ha quedado como una simple anécdota en mi carrera”, recalca. Romper el hielo, que así se llamó el álbum, no tuvo el éxito esperado. Este hecho llevó a la intérprete a interesarse por otros ritmos musicales. Conoció a músicos con sus mismas inquietudes y finalmente llegó hasta el jazz. Sin salir de la ciudad, se puso en contacto con profesionales del estilo. Entre ellos, destaca un pianista, “uno de los mejores”, según sus palabras. “Él hizo que comenzara a sentir más aún el gusanillo por conocer este tipo de música”. El chico se llama Ángel Andrés Muñoz y, junto a él, la artista ha conformado uno de los proyectos profesionales más sólidos de su carrera. Susana contaba entonces con 24 años de edad. Notó que “el jazz podía interpretarlo con absoluta naturalidad porque se ajustaba perfectamente a mi voz”.
\r\nEl dúo lo bautizaron con el nombre de Qu-jazz. Con él han generado un gran repertorio jazzístico, original tanto en música como en letra. Juntos han realizado giras por toda España, a la par que han participado en diversas muestras de jazz. La primera, en Ibiza. Susana la recuerda con cariño, ya que “fue la primera vez que me subía a un escenario gigante con más de mil espectadores”. En su periplo por el país, Qu-jazz fue galardonado como el mejor grupo español en el Concurso Internacional de Intérpretes de Jazz de Granada.
\r\nJam-sessions
\r\nSusana Raya es una pieza clave dentro del puzzle jazzístico cordobés. En estos momentos, su nombre es el más sonado. Aunque Córdoba cuenta con otros intérpretes de jazz que defienden su conocimiento en los clubes y festivales. El Jazz-café se erige como el principal local de reunión para los amantes de esta música. En la agenda del pub, los miércoles quedan reservados para los conciertos, mientras que los martes se celebran las denominadas jam-sessions. Se trata de reuniones informales de músicos en los que se toca parte del repertorio jazzístico actual. La clave está en que esos músicos no tienen por qué conocerse entre sí.
\r\nUna noche que se torna mágica a la comprobar cómo los artistas –que pueden venir de cualquier rincón del planeta- interpretan juntos temas de diferentes autores. Canciones como Autumn Leaves, de Swing Cat, se dejan oír de manera diferente dependiendo de la noche en que se interpreten. En el jazz no hay nada escrito, la improvisación es la madre de su técnica y ésta, es la encargada de que nunca nada suene igual. La improvisación es un leguaje que los intérpretes de jazz tienen previamente aprendido. El jazz surge sobre una estructura armónica simple que se enriquece con los solos de los intérpretes.
\r\nLa clave para ser un buen cantante de jazz está en saber darle a cada tema su impronta. Esto se consigue mediante la técnica llamada scat. Onomatopeyas como shubidubidá o dubidú-dubidá definen perfectamente a la técnica jazzística. Esta habilidad la puso en práctica por primera vez Louis Armstrong, un virtuoso en la materia que se mostró como un increíble improvisador. La primera vez que realizó un scat fue en un concierto en el que perdió de vista a su trompeta. Delante del público, tuvo que solucionar el problema de cualquier manera y lo hizo imitando el sonido de la misma con su propia voz. Esta improvisación sentó cátedra en el mundo del jazz.
\r\nAyuda institucional
\r\nPero clubes como el Jazz-café no lo son todo dentro de una ciudad como Córdoba. Las instituciones ponen de su parte para que el jazz sea una música algo más conocida, sobre todo por el público joven. Ciclos como Conócelo Jazz, que cuenta ya con dos años de experiencia en la ciudad, llegan a todos los colegios con el único fin de popularizar el estilo. Estudiantes del Conservatorio Superior de Música y profesionales de la talla de Susana Raya se unen para crear una breve obra de teatro musical en la que los chicos puedan reconocer al jazz. “Entre el baile, la interpretación y los instrumentos, los niños comprueban que el jazz también puede ser una música divertida”, señala Susana.
\r\nA pesar de esto, la formación con respecto a esta disciplina musical es muy escasa en Córdoba. Apenas se trabaja en las clases de música del conservatorio. El truco está en escuchar mucho jazz, de manera que el aficionado va haciendo a su oído a las melodías. Otra opción, son las clases magistrales impartidas por los grandes maestros del jazz en España. Susana da clases en Sevilla, trabajo que compagina con el que tiene a parte de la música. “El jazz no da de comer, por eso los mejores intérpretes buscan una salida dando clase”, apunta la intérprete.
\r\nElla se busca la vida dónde y cómo puede. Se trata de una buena profesional que gusta allá donde va. Una de sus últimas experiencias la ha llevado hasta Tallin, en Estonia. Hace un tiempo, grabó unas maquetas como vocalista y decidió enviarlas a tres concursos internacionales. En Estonia, quedó en primera posición; en Italia quedó como finalista; y en Finlandia obtuvo el segundo premio. Este invierno tiene previsto acudir a otro festival, en esta ocasión, en Lituania. Es el comienzo de una gran artista, un portento del jazz que asegura que “los premios han servido de arranque, ahora toca seguir la marcha y demostrar lo que valgo”. La artista asegura que “el jazz vive dentro de todos nosotros” y que aunque, muchos no lo sepan, “en el fondo de sus corazones, a todos les gusta oírlo”.
24-04-2010 1:41 p.m.
01-11-2007 9:50 a.m.
01-10-2007 6:25 p.m.
01-06-2007 2:27 p.m.
01-11-2006 7:11 p.m.
01-11-2006 7:11 p.m.
01-11-2006 10:10 a.m.
03-07-2006 2:13 p.m.
03-07-2006 1:36 p.m.