Córdoba Sefardí

Veintidós ciudades españolas desprenden en septiembre aroma judío. Lo emanan porque los primeros domingos del mes de septiembre, desde hace ocho años, se celebran las llamadas Jornadas Europeas de Cultura Judía en las localidades pertenecientes a la Red de Juderías de España ‘Camino de Sefarad’. Pero Córdoba, crisol de culturas y cuna de tres grandes religiones, respira este ambiente, no sólo en el noveno mes del año, sino en el resto de la temporada. La ciudad milenaria ha adquirido un compromiso dado el legado sefardí que posee. La razón de esta puesta en valor de la cultura judía tiene connotaciones históricas. Córdoba fue, entre los siglos X y XIII, lugar de coexistencia y convivencia, más o menos pacífico, entre judíos, cristianos y musulmanes.

Son varias las leyendas adosadas a este hecho histórico. Según algunas de ellas, los primeros judíos llegaron a tierras españolas en la época del rey Salomón, cuando aprovechaban los viajes de los fenicios. Otras fábulas, atribuyen la llegada a la deportación que Nabucodonosor realizó en el reino de Judá. Sin embargo, los datos históricos más creíbles apuntan a que el mayor número de judíos llegó a tierras ibéricas entre los siglos I y II, coincidiendo con la gran diáspora hebrea ocurrida en el año 70 d.C.

Las primeras comunidades judías se asentaron en la costa mediterránea para después extenderse por el resto de la península. Según la documentación encontrada, en el siglo IV ya existía una floreciente comunidad judía en lo que entonces se denominaba Hispania. Sus dedicaciones principales pasaban por la agricultura y el comercio, aunque se les prohibía tener pertenencias ni relación de ningún tipo con los cristianos. El Concilio de Elvira, celebrado entre los años 303 y 306, dejaba muy claras las represalias hacia los ciudadanos hispanos que tuvieran una relación sentimental o amistosa con algún judío.

Esta situación de relativa calma cambió con la llegada de los visigodos y la conversión del rey Recaredo al cristianismo. A partir de entonces, los judíos comenzaron a ser perseguidos hasta la invasión árabe, fechada en el año 711. Para los musulmanes, tanto el cristianismo como el judaísmo, eran religiones toleradas. Con ellos, los judíos españoles alcanzaron su gran época, con elevadas cotas de bienestar y nivel cultural. Los intransigentes almorávides exigieron, algunas décadas después, la conversión al Islam de los no musulmanes. Esto provocó que los judíos huyeran hacia los reinos cristianos, donde tuvieron una situación jurídica especial desde el primer momento.

En Córdoba, tras la reconquista llevada a cabo por el rey Fernando III El Santo, la comunidad judía mantuvo su influencia anterior gracias a un fuero que daba el mismo trato, tanto a los cristianos, como a los judíos y musulmanes. La convivencia fue pacífica hasta finales del siglo XIII, cuando comenzó a distribuirse una propaganda antijudía. La judería cordobesa sufrió un grave asalto en 1391, lo que forzó la conversión de muchos judíos.

Las persecuciones y la posterior amenaza de expulsión en 1492 por parte de los Reyes Católicos hicieron que los judíos se marchasen, dejando un legado arquitectónico y cultural de gran importancia que fue prácticamente destruido con el paso de los años. Sin embargo, Córdoba ha podido conservar gran parte de su barrio judío, emplazado dentro de su casco histórico. Su planta cuenta con un trazado islámico, con dos calles transversales y un laberinto de pequeñas calzadas. La Casa Andalusí, la Sinagoga, la Casa de Sefarad o el Zoco son restos arquitectónicos sefardíes que han quedado en la ciudad y que hoy se ponen en valor gracias a las Jornadas Europeas de la Cultura Judía que se celebran cada año.

Primero de tishrei

En honor al primer día del año judío, en torno al 15 de septiembre, Europa entera se pone de acuerdo para rendir homenaje a una de las culturas más importantes de su historia. Córdoba se ha sumado a la iniciativa con una serie de actos que se prolongaron durante toda una semana. Del 2 al 9 de septiembre, la ciudad se engalanó para acoger once actividades. En objetivo fue “la concienciación ciudadana y recuperación y puesta en valor del legado sefardí cordobés”, según explica Rafael Pérez de la Concha, jefe de la Unidad de Turismo y Patrimonio de la Humanidad del Ayuntamiento de Córdoba.

El 13 de septiembre de 2007 ha sido el primer día del calendario judío, concretamente, el día uno del mes tishrei del año 5768. Para celebrarlo, las jornadas han estado dedicadas en plenitud a los testimonios que el pueblo judío ha dejado en cada tierra donde ha habitado. “Debido a la enorme amplitud del tema, las ciudades españolas participantes en la jornada nos hemos puesto de acuerdo para dar mayor importancia al testimonio escrito. Los libros fueron los grandes protagonistas, por lo que el programa presentado giraba en torno a ellos”, apunta Pérez de la Concha.

Los actos referentes a la jornada europea comenzaron en Córdoba el pasado 31 de agosto. La Biblioteca Al-Andalus, situada en la Casa del Bailío, fue el escenario de las presentaciones. La arquitectura y decoración del lugar le hizo convertirse en “el ambiente ideal” para acoger actividades referentes a la cultura sefardí. La casa cuenta con una espléndida biblioteca dedicada por completo a la literatura relacionada con el mundo judío y un pequeño salón de actos con aroma sefardí. La sala de lectura abrió sus puertas al público; el pasillo de la casa se decoró con una exposición de fotografías; el salón estuvo ocupado por una muestra de documentos originales judíos; y hubo una zona anexa donde las librerías cordobesas pudieron vender sus publicaciones relacionadas con la vida sefardí.

El primer día se presentaron diferentes publicaciones. Entre ellas, destacó una guía especializada en la cultura sefardí cordobesa. Casi noventa páginas relatan la historia de esta cultura y ofrecen un paseo por la ruta sefardí en Córdoba, pasando por la calle Judíos, la plazuela de Tiberíeades, la plaza de Maimónides, la plaza de Judá Leví y la plaza de la Corredera, entre otros lugares del casco histórico cordobés. Junto a este, se presentaron también el libro editado por la Red de Juderías y la obra del catedrático de Griego de la Universidad de Córdoba, Jesús Peláez, Guía de la Sinagoga de Córdoba.

En la velada, amenizada en el patio de la Biblioteca Al-Andalus, también hubo cabida para la presentación del libro Esencia de Sefarad, editado por Almuzara. La obra, reúne las sesenta y tres instantáneas que el fotógrafo cordobés Francisco Sánchez Moreno ha tomado en las diferentes juderías españolas y que forman parte de una exposición itinerante. La muestra, que cuenta con una segunda copia que se expone en las salas cordobesas, se inauguró por primera vez en el Palacio de Orive, con motivo de la celebración de las VII Jornadas Europeas de la Cultura Judía. Se aprovechó esta primera jornada para inaugurar la I Semana del Documento y Libro Judío.

La actividad, coordinada por el Archivo Municipal, ha conseguido “rescatar varios documentos de los siglos XIII, XIV y XV relacionados con el mundo sefardí cordobés y exponerlos a la vista de todos los visitantes de la Biblioteca Al-Andalus”. Junto a los documentos originales pueden verse varias publicaciones pertenecientes al propio archivo y a la Biblioteca Municipal, que también quiso participar en las jornadas. La Casa Sefarad no ha querido quedarse al margen de las actividades y propuso de forma permanente una exposición en su museo, titulada ‘Libros y Memorias’.

Para completar la noche del 31 de agosto, la Unidad de Turismo y Patrimonio de la Humanidad del Ayuntamiento de Córdoba, organizó un concierto de música sefardí. El pequeño salón de actos se llenó de público. Cincuenta y cinco personas pudieron sentarse, mientras que otras tantas permanecían de pie. La representación corrió a cargo del grupo Axabeba, liderado por la cordobesa Lola García. ‘El sueño hebreo’ inundó de música la Biblioteca Al-Andalus, recreando un ambiente casi olvidado por la sociedad actual.

Valores sefardíes

Las exposiciones se prolongaron durante toda la semana. Algunas de ellas, como la muestra del Documento y Libro Judío, se quedaron en la Biblioteca Al-Andalus hasta finales del mes de septiembre. Sin embargo, no todo fueron muestras y exposiciones. La actividad ‘Paseos por Córdoba’, consolidada ya en la programación del Consorcio de Turismo, se adaptó en esos días a una ruta sefardí. Además, la Unidad de Turismo y Patrimonio de la Humanidad organizó la actividad ‘Descubriendo la Córdoba Judía’, gracias a la que más de doscientas personas se organizaron para visitar el primer domingo de septiembre los puntos de interés judío de la capital. Los museos relacionados con el ámbito sefardí acompañaron a las actividades con una jornada de puertas abiertas, de la que pudieron disfrutar turistas y cordobeses.

La organización de estas jornadas creadas alrededor de la cultura judía no ha dejado ningún cabo suelto. Como prueba de ello, la mezcla de dos actividades complementarias: la Ruta Gastronómica Sefardí por la Judería de Córdoba y el Zoco Sefardí. Comida y compras se dieron la mano para que turistas y cordobeses pasasen un día metidos de lleno en la vida de sus antepasados. Seis restaurantes y nueve establecimientos del casco histórico colaboraron con la elaboración de varias recetas judías y la venta de productos relacionados, respectivamente, con la vida sefardí cordobesa. Entre todos, conformaron un itinerario que comenzaba en la Puerta de Almodóvar y terminaba en la plaza de Judá Leví.

Toda una oferta para descubrir la Córdoba judía que no acaba aquí. El legado sefardí queda latente con el paso de los días en las calles de Córdoba. Una ciudad incluida en el Gran Itinerario Cultural Europeo de la Ruta del Patrimonio Judío desde el año 2004. Para vivirlo con más intensidad, habrá que esperar a 2008, cuando se celebre la IX Jornada Europea de la Cultura Judía. Tendrá lugar el día 7 de septiembre. Y Córdoba volverá