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Saludarles de nuevo tras el esperado para todos descanso estival, y en ésta ocasión, continuando con el tema del mundo funerario en la ciudad imperial de Corduba, les invito a realizar un pequeño recorrido por lo que pudo ser la ciudad durante el siglo II d.c. de la mano de Iulia Claudia, la cual vivió en una época que le llevaría a formar parte de ésta ciudad para la eternidad.
\r\nIulia esperaba con ansiedad la llegada de su nuevo hermanito, porque ella estaba segura de que se trataba de un varón; a sus doce años Iulia ya sabía discernir los conceptos infantiles de los sobradamente adultos, de familia de alta alcurnia, ella disfrutaba en cambio, de todo aquello que le pudiera reportar una nueva sensación, de las cosas más sencillas, motivo por el que cada día acudía a la ciudad, de la cual su villae distaba en unos 2 Km. de la zona central de la urbe, para pasear por sus bulliciosas calles, siempre acompañada de su ama de cría o cómo diríamos actualmente de su niñera; pero Iulia siempre lograba escaparse por un buen rato y disfrutar a solas de su paseo ya que su ama siempre se deleitaba mirando los numerosos puestos que recorrían el entramado urbano de la ciudad, los perfumes traídos de rincones remotos, las ánforas donde se guardaba el pescado que en su mayoría procedía de Gades (Cádiz), el cual era famoso y de lujo, llamado Garum, materiales preciosos, etc, y todo ello mezclado con los olores que se desprendían de la mezcla entre los corpóreos, del gentío que discurría por los puestos, los perfumes, el pescado, la sangre de los animales muertos para la alimentación, el ganado, etc, imagínense….. …..
\r\nEn ese devenir de multitud, Iulia siempre intentaba escabullirse cual pececillo en el agua, y dirigirse hacia la zona que más le llamaba la atención, en la actualidad su zona preferida se encuentra bajo la Av. Medina Azahara, glorieta IBM Zaidum, AV. Aeropuerto, Vallellano, Vistalegre, zona que constituía el eje Noroeste de la vía Corduba-Híspalis, dicha zona era suburbana , pero Iulia se las arreglaba siempre para llegar hasta ahí de un modo u otro, y proceder su paseo entre monumentos funerarios, aras y sepulturas cuyos epígrafes leía una y otra vez para intentar comprender algo más el porque ante la muerte sus conciudadanos actuaban de modo tan altruista.
\r\nCerca de allí se encontraba el famoso circo (encontrado bajo la facultad de Veterinaria), donde su padre le había prohibido acercarse, y ante lo cual, como cualquier niño de su edad, se había promovido aún más curiosidad; un ir y venir de gladiadores, de animales, de carruajes cargados de personas de todo color impresiono a Iulia, y es que el emplazamiento de la ciudad junto a un gran río y su correspondiente puerto, hacía posible un discurrir de gentes y productos de zonas lejanas, Córduba disponía de una ubicación privilegiada, conformando una de las vías más importantes de su época la vía de la plata que comunicaba con ciudades imperiales de gran importancia, también constituyó uno de las famosos conventos provinciales, el Conventus Cordubensis, que gozaba de gran autonomía dentro de la denominada baética.
\r\nIulia alucinaba ante las decoraciones que en las tumbas más privilegiadas representaban escenas mitológicas, de algún dios protector, motivos vegetales, cabezas de Górgonas, e incluso para los más destacados personajes la propia imagen del difunto que se alzaba sobre su altar funerario.
\r\nTodo sorprendía a Iulia, así como encontrarse con la llegada de un nuevo sarcófago para ser depositado en su correspondiente zona, en ésta ocasión y para sorpresa de Iulia, era de plomo, no de mármol u otra piedra, y es que el plomo para los sarcófagos fue muy utilizado en Corduba, de lo cual han dejado constancia los hallazgos que Santos Gener estudió a mediados del siglo XX y los cuales han aportado mucha información, se encuentran en su libro inédito donde recorre los datos elaborados durante las obras de ensanche de la ciudad, muchos de los sarcófagos fueron expoliados, en cambio otros los podemos encontrar en el Museo Arqueológico.
\r\nIulia podía aún respirar el olor a metal fundido que evaporaba el sarcófago, ya que la fábrica no se alejaba en demasía del lugar, recuerden que las actividades fabriles fueron muy desarrolladas bajo el imperio, y se encontraban en gran parte de los primeros siglos próximas a las necrópolis. Las técnicas de elaboración de los sarcófagos de plomo se diferenciaban por zonas, por lo general constaban de dos planchas que eran posteriormente ensambladas, la técnica es motivo de investigación, su originalidad, si dependían de una sóla fábrica, etc.
\r\nIulia nunca podría imaginar que lo que contemplaba podría ser estudiado tantos y tantos siglos después, que los epígrafes permanecerían depositados en un Museo y revisados en un sinfín de ocasiones ; y es que lo que a ésta niña realmente le fascinaba era el mundo del más allá, conocer los motivos que llevaron a su padre a cubrir el rostro de su abuelo con una mascarilla de cera durante un largo rato, la cual sirvió como molde de una de mármol que decoraría el panteón familiar que reinaba sobre una de las principales arterias de comunicación de la ciudad, cerca del lienzo occidental, ( próxima a lo que hoy conocemos cómo Puerta Gallegos).
\r\nElla pretendía hallar algún tipo de signo de vida ultraterrenal que le acercara a dar significado a todo ese despliegue de medios ante el final de los días, no tenía miedo, sólo intriga, escuchaba una y otra vez oraciones en el templo dedicadas a los Dioses Manes, que se repetían en cada epitafio, sus abuelos, tías, primos, una y otra vez, recordando las últimas palabras que su abuelo le regaló: “si no somos recordados, es que no hemos vivido, ni viviremos en el más allá”, ¿vida tras la muerte? , pues Iulia necesitaba una pequeña prueba, y deambular por entre los muertos quizás se la diera.
\r\nEra la hora de la vuelta a casa, ya que su ama saldría del templo Claudio Marcelo, en breve, y aún estaba lejos de allí, caminando por lo que hoy sería el Paseo de la Victoria, comprobó que el panteón familiar se encontraba abierto, estaban habilitando una zona donde depositar un nuevo sarcófago, “Oh!! ¿Qué significa esto?”, Iulia corrió y corrió hasta la extenuación, para comprobar como trasportaban una placa con un epígrafe funerario donde se podía leer : “consagrado a los dioses manes , Iulia Poncia madre ejemplar, esposa generosa, hija digna, natural de la Galia, aquí yace, que la tierra le sea leve”, así Iulia conoció la noticia del revés que le sacudiría para siempre, su madre pasaría a formar parte del mundo ultraterrenal, de lo desconocido, antes de nacer el bebé ya sabían el desenlace que le esperaba, es por ello por lo que todo estaba predispuesto, aunque Iulia no pudo llegar a tiempo ese día, por más que se apresuró, a despedirse de ella, sólo escuchó el lamento del bebé, Poncius, que le anunció el desenlace.
\r\nDesolada no encontraba significado a nada, pero algo sí que aprendió, a querer que la memoria de su madre permaneciera viva a cada instante, y Iulia Claudia se haría cargo de ello, y fue en ese preciso instante cuando comenzó a comprender el porqué a sus preguntas, a sus miedos, a sus dudas, y es que cuando la muerte nos da un cruel golpe, el ser humano se aferra a un deseo de vida tras la vida, de que la memoria de sus seres más queridos y de uno mismo se perpetúe a través de generaciones.
\r\nLo que Iulia nunca llegó a tan siquiera imaginar es que la memoria de su madre e incluso la suya, salieran a la luz tras siglos de historia para permanecer en vida formando parte de la historia material y cultural de su ciudad y así conseguir una eterna memoriae.
01-05-2008 9:28 p.m.
01-05-2008 9:28 p.m.
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02-10-2006 10:01 a.m.
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