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En el capítulo anterior dimos un paseo por los aledaños y el exterior de este magnífico templo cordobés. Vimos como su hermoso Rosetón, además de sus ricas portadas, hacían de él, una de las joyas arquitectónicas más importantes de la ciudad.
\r\nEn el capítulo de este mes, nos vamos a centrar en la descripción de su interior, en el que haremos un recorrido por su rica cabecera decorada con pinturas medievales, sus altares o simplemente su característico olor a incienso.
\r\nComo ya comentamos, a la Iglesia se accedía por un pórtico con triple vano, el que antaño se encontraba cerrado en dos de sus tres arcos de entrada. Por ellos se accede a un recinto en que el Rosetón de la fachada central, decora e ilumina el interior de este fastuoso templo de nuestra ciudad.
\r\nUna vez en el interior del recinto, nos encontramos una de las joyas medievales más importantes de nuestra ciudad. Vemos un templo de tres naves, siendo la nave central más ancha que las laterales. La cabecera es de triple capilla, mostrándose la central poligonal y las dos laterales de cabecera plana, cubiertas ambas con bóveda de crucería gótica. En cuanto al sistema de cubiertas utilizado en las naves, en la central se ve un artesonado mudéjar realizado a par y nudillo y en los laterales se usa el artesonado a una sola agua.
\r\nAdemás de esta estructura descrita en el párrafo anterior, este templo cuenta con una larga historia de enterramientos y capillas fundadas por las más importantes familias señoriales de las que han pasado por nuestra ciudad. A finales del siglo XIV en 1460, en la capilla mayor, se fundan enterramientos por don Pedro Velasco, el de los Muñoces de Velasco, el del capitán don Francisco Ortiz de Zúñiga y Alarcón, y el de Pinedas del Valle de Carranza. Estas familias costeaban el mantenimiento del templo mediante las llamadas capellanías, que les permitían, además de costear altares, poder enterrarse en dichos templos.
\r\nDe las capillas que se fundan en este templo por familias nobles de la época, destaca la doble capilla dedicada a la figura de la Magdalena que se realiza en la nave del Evangelio y que costeó y custodió la familia de los Valenzuela, siendo su fundador; don Pedro Fernández de Valenzuela, pasando con el tiempo el derecho sobre la misma a la familia de los Villaseca. En la actualidad, la capilla esta precedida por la imagen barroca del Cristo de Ánimas. Además de esta capilla, hay numerosos altares por todo el templo, los que pasaremos a describir.
\r\nExisten dos altares, uno en cada nave lateral, dedicados respectivamente a la imagen de San Lorenzo, en la nave de la Epístola y a la Virgen de los Remedios, en la nave del Evangelio. Los dos muestran mucha similitud, pudiendo fecharse sobre mediados del siglo XVIII. Del primero fueron patronos los García de Paredes y muestra la imagen del titular del templo. En cuanto al segundo retablo, está precedido por la milagrosa imagen de Nuestra Señora de los Remedios, una imagen que cada martes y trece es mostrada en besamanos a los fieles en el Altar Mayor para que atienda y conceda uno de los tres deseos que se le piden. La imagen en cuestión, es una talla anónima de candelero, realizada a mediados del siglo XVIII. Próxima a esta imagen, en un banco que apoya sobre uno de sus muros, encontramos una inscripción pintada que habla del número de cofrades que tenía esta cofradía, a la que el Cardenal Salazar dio las reglas.
\r\nEn la nave de la epístola, hay otra serie de capillas que no tienen nada que envidiar a las anteriores. Nos referimos a la capilla de Villaviciosa.
\r\nEsta capilla, según Ramírez de Arellano, perteneció a la familia de los Minayes, estando abierta a la nave central por dos arcos de apuntados. En ella se pueden ver varios altares, destacando el central que es usado a modo de Sagrario. En el se puede contemplar una imagen de la Virgen de la Antigua custodiada por dos Apóstoles. Los otros dos retablos, más pequeños de composición y de épocas anteriores, decoran con sus lienzos esta capilla. El primero se fecha en 1560, llevando columnas corintias y rematado con la representación de la Fe, Esperanza y la Justicia. El otro retablo, también de pequeñas dimensiones, se fecha en 1564, destacando de él, el lienzo del Descendimiento, copia de un cuadro de Rubens. Delante de este lienzo, destaca la imagen del Cristo de Humildad y Paciencia, obra del XVII.
\r\nUna de las peculiaridades de este templo, es que su retablo mayor no se encuentra en la cabecera. Esto es debido a las reformas que sufrió el templo y en la que se descubrieron las pinturas de la cabecera, quedando el retablo en uno de los laterales para que dichas pinturas pudiesen contemplarse.
\r\nEl retablo mayor se encuentra disperso por la Iglesia. Su ático está en la capilla de Villaviciosa. Este ático muestra un gran lienzo en el que se representa un Calvario, pintado por Juan Fernández de Castro. El resto del Retablo mayor, se encuentra a los pies de la nave de la epístola. Es una obra realizada 1696 por Juan del Río y Francisco Hurtado Izquierdo. La doctora Raya Raya nos habla de las dos fases de construcción que tuvo el retablo. La primera correspondería a la primera parte del retablo, realizada por Melchor Fernández Moreno en 1696 y por la muerte de éste, Hurtado Izquierdo y Juan del Río, terminaron el último cuerpo. Lo más destacable del mismo son los lienzos que lo decoran, obras anónimas que representan la vida de San Lorenzo. En el centro aparece un manifestador que alberga la imagen de San José. Sobre este manifestador encontramos a figura de San Lorenzo, obra de Pedro de Paz.
\r\nPara finalizar nuestro pequeño recorrido por uno de los templos más característico de nuestra ciudad y que gracias a Dios se va a poder visitar fuera de horario de Misas, destacaremos las pinturas murales de la cabecera de la Iglesia. Estas pinturas no se han conservado adecuadamente pero nos podemos hacer una idea de la importancia que tuvieron y que tienen en la actualidad para el estudio de la pintura medieval en nuestra ciudad.
\r\nPosiblemente estas pinturas no fueron las únicas que se encontraban en los templos de nuestra ciudad, ya que se tiene constancia de la existencia en alguno de ellos. Estas desaparecieron de ellos debido a los nuevos estilos que poco a poco van introduciéndose en nuestra ciudad. Las pinturas que nos atañen hoy, representan escenas de la Pasión de Cristo, los Profetas San Elías y Moisés siendo uno de los ciclos más completos e importantes de nuestra comunidad. Se descubrieron en 1966, con las reformas del templo y gracias a ellas se pueden contemplar tal y como se pintaron.
\r\nEspero que tras este recorrido se tenga una pequeña idea del templo, que seguro será enriquecida con la visita al mismo.
03-05-2010 11:42 a.m.
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01-05-2007 10 p.m.
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